Martes 14 de febrero de 2023, p. 20
El tren que se descarriló a principios de mes en Ohio, cerca de la frontera con Pensilvania, no sólo llevaba cloruro de vinilo, sino más sustancias peligrosas: fosgeno, que tiene usos médicos, pero también se utiliza para fabricar plaguicidas, y cloruro de hidrógeno, que se usa en el procesamiento de metales, alimentos y fertilizantes, informó ABC News.
Otras sustancias que llevaba el tren eran éter butílico monoetilenglicol, que puede causar tos, somnolencia, irritación en piel y mucosas, y náuseas, además de acrilato de etil, considerado una toxina aguda y cancerígena, e isobutileno, que es un hidrocarburo.
Autoridades sanitarias del estado en un principio informaron que el tren llevaba cloruro de vinilo, un gas incoloro sumamente volátil de uso comercial que se derramó cuando el pasado día 3 un tren de 50 carros se descarriló en la localidad de East Palestine, Ohio, en su trayecto hacia Pensilvania, Illinois.
Quema de toxinas
ABC refirió que las toxinas, que escaparon del tren en grandes plumas de humo, fueron quemadas de manera controlada, y que la zona alrededor del descarrilamiento fue evacuada en un radio de 2 kilómetros por el riesgo de los gases tóxicos. Los químicos también se derramaron en la tierra.
Expertos citados por la televisora aseguraron que antes de realizar la quema controlada de los químicos, bomberos se apresuraron a apagar el fuego del accidente, porque el humo y gases que despedía el tren destruido pudieron haber sido ser mortales de no haberse ordenado una evacuación de unos 2 kilómetros a la redonda del siniestro.
Kevin Crist, director del Centro de Calidad del Aire de la Universidad de Ohio, consultado por ABC, aseveró que tras la quema controlada, el único riesgo que quedaba eran los químicos que se derramaron en la tierra, pero aseguró que han sido retirados de la zona.
Sin embargo, la congresista demócrata Ilhan Omar tuiteó: el descarrilamiento del ferrocarril East Palestine tendrá un impacto negativo significativo en la salud y el bienestar de los residentes durante décadas y casi no hay atención de los medios nacionales. Necesitamos una investigación del Congreso y la acción directa del secretario de Transporte, Pete Buttigieg, para abordar esta tragedia
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