a entrega al presidente cubano Miguel Díaz-Canel de la orden del Águila Azteca fue ocasión para recordar los lazos históricos que unen a nuestras naciones y reafirmar la voluntad de profundizar la cooperación en beneficio mutuo.
Al imponer a su homólogo la máxima condecoración otorgada por México a personas extranjeras, el presidente Andrés Manuel López Obrador ratificó su honda admiración al pueblo de Cuba por su denodada resistencia al asedio con que Estados Unidos ha buscado someterlo por más de seis décadas, gesta que lo ha convertido en referente para todos los movimientos que reivindican la soberanía y la dignidad frente a los embates neocoloniales. Por su parte, el mandatario isleño aseguró que los vínculos de Cuba con México no tienen comparación con ningún otro país
; consideró que la estancia de Fidel Castro y el Che Guevara aquí hermanó nuestros procesos emancipatorios y transmitió la gratitud de su gobierno por el apoyo prestado en las difíciles circunstancias que ha atravesado la isla debido a desastres naturales, incidentes trágicos como la explosión de un depósito de combustible o el haber tenido que encarar la pandemia de covid-19 en medio del asfixiante bloqueo de Washington, una política homicida que complicó hasta lo indecible conseguir insumos tan elementales como las jeringas requeridas para vacunar a la población.
México no olvida que, en la fase más álgida de la emergencia sanitaria, La Habana envió centenares de médicos que se pusieron en la primera línea de combate al coronavirus, jugaron un papel inestimable en salvar vidas y ayudaron a mantener en pie el sistema de salud. Esta labor heroica tuvo lugar mientras los líderes occidentales que se creen facultados para instruir al mundo en materia de derechos humanos actuaban movidos por el más descarnado egoísmo acaparando material de protección, medicamentos y vacunas, así como poniendo las ganancias de sus multinacionales por encima de la vida humana al bloquear la liberación de patentes de las inmunizaciones.
El trabajo de los galenos cubanos en nuestro país no ha concluido. Conforme menguó la pandemia, se integraron a los esfuerzos de la actual administración para llevar la atención sanitaria a las comunidades históricamente marginadas de este derecho, y hoy son un pilar en los avances rumbo a la universalización de la salud. En este sentido, es importante recalcar que los cubanos no desplazan a profesionistas mexicanos; por el contrario, ejercen su misión en nosocomios a los que los médicos nacionales se han negado reiteradamente a acudir. Por ello, en la reunión bilateral se propuso ampliar la presencia de los galenos caribeños, en particular de los especialistas en medicina interna. De vuelta, México ofreció su apoyo para reforzar el sistema eléctrico cubano, así como para llevar a la isla el programa de reforestación y producción agrícola Sembrando Vida.
Como resaltó el canciller Marcelo Ebrard, se vive el mejor momento de la relación bilateral, acercamiento posible gracias a que nuestro país rompió con el ciclo de gobiernos neoliberales plegados a las directrices de Washington. Esta nueva etapa quedó plasmada en el ofrecimiento del presidente López Obrador de encabezar un movimiento de unidad internacional en defensa de la independencia y la soberanía de Cuba, con énfasis en el levantamiento del bloqueo inhumano con que Estados Unidos pretende imponer a los cubanos un sistema político y económico diseñado para beneficio de sus intereses geopolíticos y de sus grandes capitales. Cabe desear que dicha iniciativa prospere en beneficio de todos los cubanos que por más de medio siglo han padecido una crisis inducida por el sadismo de la superpotencia, y quienes son los únicos con el derecho a decidir en torno a la forma de gobierno de la isla.