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Coahuila y Edomex, punta de lanza de lo que vendrá

Partidos y coaliciones afinan estrategias electorales en dos estados rumbo al 2024

En la segunda mitad de este año se definirán los principales contendientes por la Presidencia

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▲ En Coahuila, el 1º de enero el instituto local empezó sesiones para la elección de gobernador.Foto Leopoldo Ramos
 
Periódico La Jornada
Lunes 9 de enero de 2023, p. 10

Las elecciones de este año en el estado de México y Coahuila serán el preludio de la contienda federal de 2024, cuando se dispute la Presidencia de la República, 128 senadurías, 500 diputaciones, nueve gubernaturas (Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz, Yucatán y la jefatura de Gobierno en la Ciudad de México), 31 congresos federales (todos menos Coahuila), mil 580 ayuntamientos, 16 alcaldías de la capital del país y 24 juntas municipales.

En los comicios estatales de 2023, los candidatos Alejandra del Moral y Manolo Jiménez tendrán el respaldo de la coalición opositora Va Por México (integrada por PAN-PRI-PRD) y se enfrentarán a Delfina Gómez y Armando Guadiana, postulados por Morena-PT-PVEM, en el estado de México y en Coahuila, respectivamente.

La medida de lo que habrá de ocurrir el próximo año será la disputa electoral en ambos estados. El Partido Revolucionario Institucional pondrá a funcionar a favor de Del Moral su amplia estructura en las 16 regiones en las que se divide el territorio mexiquense, sobre todo en las del centro norte, el sur y los municipios conurbados a la capital del país. Del lado de la profesora Gómez, el grupo Texcoco actuará en la zona oriente de la entidad.

En Coahuila el panorama tiene nubarrones para Morena. El triunfo de Armando Guadiana en una de las encuestas telefónicas de ese partido, que lo convirtió en el abanderado, provocó rijosas declaraciones del perdedor, el subsecretario de Seguridad Pública Ricardo Mejía Berdeja, en contra de su adversario.

El conflicto se trasladó a los grupos que lo respaldan al advertir que no reconocen a Guadiana. Enfrente tienen al priísta Manolo Jiménez, quien se ha desempeñado como secretario de Desarrollo Social y cuenta con el respaldo del gobernador Miguel Riquelme.

El camino al 24

Del lado de la oposición, el resultado en esos procesos determinará la forma y el fondo de la negociación que le permita integrarse como fuerza que contienda contra el partido mayoritario y sus aliados, PT y los verdes.

En el frente opositor Va Por México se advierte que su candidato presidencial será ungido a fines de este año. En Morena, como anunció su dirigente Mario Delgado hace más de un mes, en agosto se conocerá quién será su abanderada o abanderado, el que resulte triunfador por medio de una encuesta.

Para el partido guinda, al uso de este tipo de instrumentos en los procesos de selección de sus candidatos se agregan las propuestas de Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, que exigen piso parejo con la finalidad de que previamente se organicen debates entre aspirantes a la candidatura por la Presidencia de la República.

Por separado, ambos sostienen la conveniencia de realizar debates que aportarían confianza a los potenciales electores, tanto los cautivos como los indecisos.

En agosto pasado, ambos políticos expusieron a La Jornada que los debates entre quienes pretenden convertirse en la abanderada o el abanderado de Morena contribuirían a exponer ante la opinión pública sus respectivos proyectos de país y que eso, y no una imposición, se convierta en el valor decisivo durante el proceso.

A pesar de la creciente desconfianza en esos sondeos –cuyo origen y fin primigenios fue la venta de artículos de consumo–, las que se publican en diversos medios de comunicación impresa adjudican, para la contienda interna morenista, una ventaja discreta a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, seguida de cerca por Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Adán Augusto López.

Por los debates

La propuesta de Ebrard descrita en Monterrey a Delgado incluye dos debates: el primero entre julio y agosto de este año, en el que participarían los aspirantes inscritos; en el segundo, a celebrarse en octubre, se presentarían aquellos que resulten con mayor ventaja en las mediciones partidistas.

La respuesta de los aspirantes morenistas ha resultado seca. En un inicio Sheinbaum respondió que aceptaría el debate, pero hay que ver cómo. Lo tiene que ver nuestro partido, hay que ver en qué momento y cómo se haría. No obstante, poco después tomó con cautela la iniciativa de Ebrard y corrigió al invocar los comicios en el estado de México y en Coahuila: No creo que debamos quitarle espacio a esas elecciones que son fundamentales.

Con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, se presentó una situación similar. En principio dijo que sí, cuando quieran, y pasados los días rectificó a su estilo: “No son tiempos de precandidaturas… Ahora bien, imagínense, el secretario de Gobernación qué va a debatir con el secretario de Relaciones Exteriores o con la jefa de Gobierno o con el coordinador del Senado (Ricardo Monreal) si no son tiempos todavía de proyectos políticos, son los tiempos del Presidente”.

Y Monreal, quien se ha manifestado por un proceso de votación abierta para conocer al aspirante morenista –eso sí, organizado por la autoridad electoral, para darle certeza– ha sostenido que no rehuye los debates, que los acepta.