Sábado 31 de diciembre de 2022, p. 24
La medianoche de este 31 de diciembre, Patricia y Alejandra Riaño participarán en el ritual consistente en quemar las cosas malas del año
, que termina con la tradición del muñeco viejo
, junto con su familia en el pueblo de Acuamanala, Tlaxcala.
Como ellos, miles de capitalinos abarrotaron ayer las terminales de autobuses a fin de reunirse con sus parientes en alguna entidad. Lo más importante es ver a la familia, son días que aprovechamos para reunirnos con la mayor intención de convivir
, dice Martín Yáñez, quien viajó al puerto de Veracruz con su esposa Ariadna Torres, donde los esperaban su abuela y sus tías.
Desde muy temprano, pasillos, taquillas, salas de espera y áreas de comida rápida de las centrales camioneras se colmaron, con los mayores picos desde las 22 horas y hasta la 1 de la madrugada de este sábado, y se prevé que esa alta afluencia se repita entre las 5 de la mañana y hasta el mediodía.
Fabiola Velasco, gerente comercial de la línea ADO Primera Clase, en la Terminal de Autobuses de Pasajeros Oriente, explicó que en esta temporada la demanda de servicios se incrementa en alrededor de 25 por ciento.
Ayer y hoy los viajes más pedidos son para las rutas más cortas. Son de personas que visitan a sus familias para pasar la noche vieja y recibir el Año Nuevo, luego de que entre miércoles, jueves y en menor número el viernes, los más requeridos fueron de largo recorrido, sobre todo a destinos de playa como Cancún y Chetumal y a ciudades turísticas como Mérida y Villahermosa.
Mientras esperan la salida de su autobús a Tlaxcala, las hermanas Riaño comen un refrigerio y cuentan de la tradición del muñeco viejo en su pueblo, el cual es elaborado a tamaño natural con papel y al que se viste con ropa vieja y ponen cohetes para quemarlo a medianoche; es algo que hacen las familias en Acuamanala, poblado próximo al volcán La Malinche, más que por diversión es para dejar atrás las cosas malas que pasaron en el año
, explica Alejandra.
Daniela Aguilar salió también de la capital hacia un poblado cercano a Ciudad Libres, Puebla, donde la espera su abuela, Alejandra Suárez Pioquinto, de 72 años, y otros familiares que comenzaron a llegar en estos días.
Tienen arraigada la costumbre de juntarse allá para convivir en familia, cenar barbacoa en noche vieja y recibir el nuevo año.
Su espera fue de nada más 30 minutos, pero pasado el mediodía había personas que sólo encontraban lugar en autobuses con salidas extras de una y hasta dos horas después, a destinos como Oaxaca, sobre todo de los servicios más económicos en las diferentes líneas.