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Qatar 2022
La Albiceleste rompe la división de clases y los aficionados se vuelcan en preparativos
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 18 de diciembre de 2022, p. 4

Buenos Aires., Los preparativos que se están haciendo en esta capital y todo el país para la final del Mundial de Qatar, donde el seleccionado argentino se enfrentará al de Francia, son como si se jugara la vida en una instancia más grave, casi como de guerra y paz, a lo que se une el cambio de humor que produjo el encuentro aquí, el cual va más allá de todo lo que se había previsto. Abarca todos los estatus sociales y rompe –aunque sea por unas semanas– la famosa grieta que marca en realidad una división de clases y el simbolismo de la discriminación, el racismo, la arrogancia de unos y la fuerza arrolladora de los otros como se ha visto en los equipos que llegaron hasta el duelo decisivo.

El Mundial en estos momentos tiene varios frentes abiertos, como señalan los analistas locales. Por una parte está el escándalo político que incluso arrastró al rígido parlamento europeo, por los millones de euros que compraron voluntades y que están estallando en los últimos días, incluso con las renuncias obligadas, incluyendo a la vicepresidenta de ese organismo y otros altos funcionarios de los países de Europa. Ahora el epicentro del huracán está allí, pero también se ha percibido que la Copa se convirtió en una expresión nunca tan expuesta de las enormes diferencias entre lo que llaman el primer y el tercer mundo.

El hecho que América Latina y África, representados por los seleccionados de Argentina y Marruecos están entre los cuatro mejores equipos del mundo, a fuerza de pasión, energía y compromi-so de los jugadores de responder a los seguidores que los alientan, recurriendo a acciones creativas como pocas veces se ha visto. Los centenares de marroquíes agitando la bandera palestina será memorable, aunque los medios de comunicación del poder hegemó-nico lo silencien. O la insurrección de la alegría de los hinchas latinoamericanos y africanos es un mensaje que nadie puede dejar de ver.

Miles de argentinos están en las calles de Doha y de hecho el tema de Las Malvinas argentinas, ocupadas colonialmente por Gran Bretaña, está simbolizado por las declaraciones de los propios jugadores y por banderas que rinden homenaje a los jóvenes combatientes y a los que murieron en 1982 contra la armada británica.

Miles y miles de camisetas celestes y blancas con el número 10 se siguen vendiendo en este y otros países y se puede ver en las manifestaciones multitudinarias que llegan hasta el Obelisco y allí se mantienen siguiendo en pantallas gigantes el partido o en restaurantes todos abanderados y con los colores de la selección, el color patrio.

El ex presidente Mauricio Macri “utilizó este deporte como trampolín a la política, y ahora el balompié se tomó revancha. Parece una broma, pero tiene un fuerte impac-to en la política. Antes había surgido la consigna Macri Mafia, pero el futbol le dio una vuelta de rosca” escribe hoy el analista Luis Bruchstein de Página 12. Ahora es Macri Mufa, que quiere decir el que trae la mala suerte.

Macri Mufa traspasó las fronteras del peronismo y el kirchnerismo y se extendió por todo el mundo futbolero, sostiene Bruchstein, en referencia a que consideró al seleccionado de Alemania como de raza superior y perdieron y luego a los croatas antes del partido con Argentina del 13 de diciembre, como los mejores del mundo y cayó. “El hashtag de #QatarMacriMufa surgía después de cada partido”.

Al ex presidente “le preocupaba que los triunfos de la selección pudieran despejar el malhumor de la sociedad por la inflación. La expresión ideológica más transparente fue la del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, intendente de Buenos Aires, quien llenó el centro de la ciudad con vallas y policías, el pasado 13 de diciembre. Y la autoridad porteña reprimió e hizo detenciones. Había muchas familias con sus hijos, en general personas humildes que no tienen para viajar a Qatar y los festejos fueron pacíficos. La derecha sentía como una amenaza la alegría popular.

“La alegría que ya nos han dado los jóvenes de esta selección, con Leo Messi y un entrenador Lionel Scaloni que formó el equipo más unido de todos los tiempos, es un llamado a la esperanza”. Estaba escrito en un estandarte que llevaban las mujeres futbolistas. Mañana (hoy) será un día festivo se gane o se pierda. Sólo preocupa que Macri quiera entregarle la Copa, si gana Argentina.