Recomienda la FAO fortalecer sistemas de protección social
Miércoles 7 de diciembre de 2022, p. 27
Santiago. Entre 2019 y 2021 la cantidad de personas con hambre aumentó 13.2 millones para un total de 56.5 millones en América Latina y el Caribe, un repunte de 30 por ciento, debido al encarecimiento de los productos básicos y mayor pobreza extrema, indicó este martes un informe conjunto de tres organismos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El aumento de la inflación en los países de América Latina y el Caribe ha incrementado el riesgo de la inseguridad alimentaria en la región, que a pesar de ser cuna de uno de los mayores superávit agropecuarios del mundo, enfrenta una creciente pobreza extrema y hambruna, reveló el informe Hacia una seguridad alimentaria y nutricional sostenible en América Latina y el Caribe en respuesta a la crisis alimentaria mundial, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos.
Detalla que entre 2019 y 2021 la inseguridad alimentaria pasó de 31.7 a 40.6 por ciento de la población de América Latina y el Caribe, un aumento de nueve puntos porcentuales, el mayor si se compara con otras regiones del mundo. En total, unos 267.7 millones de personas enfrentaron inseguridad alimentaria en 2021 en Latinoamérica, 62.5 millones más que en 2019, documentó el informe.
La inflación de los alimentos aumenta el riesgo de hambre
y el alza del precio internacional de los productos básicos, cuyo aumento promedio alcanzó 11.7 por ciento en septiembre pasado, se traspasa a los consumidores.
Este comportamiento de la inflación de alimentos agudiza el riesgo de problemas de acceso a una dieta saludable, inseguridad alimentaria y hambre porque afecta más a los hogares de menores ingresos
, expresó José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal.
El organismo prevé que la incidencia de la pobreza extrema en la región aumentaría 0.2 puntos porcentuales en 2022 y podría alcanzar a 81.8 millones de personas.
Los organismos explicaron que el alto costo de los productos básicos derivado de la crisis mundial fue una de las principales causas del aumento del hambre, junto con la reducción en el rendimiento de las cosechas de productos clave por la menor fertilización. Latinoamérica importa cerca de 85 por ciento de los fertilizantes que utiliza.
Mario Lubetkin, representante regional de la FAO, recomendó fortalecer los sistemas de protección social en las zonas rurales, particularmente orientados a agricultores familiares, y eliminar las restricciones al comercio internacional de alimentos y fertilizantes, ya que serán medidas clave en el proceso de respuesta a la actual crisis.