Miércoles 23 de noviembre de 2022, p. 3
Doha. Dinamarca y Túnez sellaron ayer el primer 0-0 del Mundial de Qatar 2022 en el duelo inaugural del Grupo D, marcado por la presencia del volante Christian Eriksen un año y medio después de sufrir un pa-ro cardiaco en plena Eurocopa que asustó con desterrarlo del futbol.
En un juego de muchos choques, disputado en el estadio Education City en Doha y donde el mexicano César Ramos fungió como árbi-tro central, daneses y tunecinos fueron incapaces de vulnerar los arcos de Aymen Dahmen y Kasper Schmeichel, quienes destacaron.
Eriksen tuvo problemas para desactivar la sólida defensa de los norteafricanos, que tuvieron en el atacante Isaam Jebali a su hombre más peligroso.
Sin la brújula de Eriksen, titular en su tercer Mundial (después de Sudáfrica 2010 y Rusia 2018) tras el susto ante Finlandia que por nada le hace colgar los botines antes de tiempo, Dinamarca se perdió en la búsqueda de la victoria en la apertura de su sexto Mundial.
El volante del Manchester United se refundió en medio de la disciplinada defensa tunecina, que en la primera parte estuvo mucho más cerca de festejar, incluso sin pasar tanto tiempo en territorio danés.
El nueve tunecino, Jebali, supo explotar sus conocimientos del futbol de Dinamarca –toda vez que milita en el Odense BK– para poner a prueba al experimentado Schmeichel. Primero lo derrotó al minuto 23 con un disparo a ras, pero el juez de línea decretó fuera de juego; y al 43, envío al córner un intento de superarlo en un mano a mano.
Consciente de que su equipo precisaba un hombre de su perfil, Eriksen intentó mostrarse más al inicio del segundo tiempo: se movió por ambas bandas, por el centro e incluso bajó hasta sus defensas para liderar la salida.
Si bien Dinamarca, semifinalista en la Eurocopa 2021, inquietó más a Dahmen, tuvo líos para quebrar el bloque defensivo tunecino, sobre todo tras la salida de Thomas Delaney, lesionado al final de la primera parte.
En busca del triunfo, el técnico danés Kasper Hjulmand hizo un triple cambio (65) que incluyó la salida del capitán, el zaguero Simon Kjaer.
Los europeos asfixiaron a sus rivales, que pretendieron sacudirse dándole ingreso a su perla Hannibal Mejbri, mientras su referente, el mediocampista Wahbi Khazri, vio el juego desde el banco.
Los revulsivos, sin embargo, tuvieron poco peso ofensivo, pero ayudaron a que Qatar fuera testigo del primer cotejo sin goles.