Opinión
Ver día anteriorDomingo 13 de noviembre de 2022Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Despertar en la IV República

Salvador Nava y la ciudad de San Luis

S

alvador Nava es un personaje central en la lucha por la democracia mexicana y merece la leyenda que se está construyendo entorno a él. Actuó en una forma inusual, manteniéndose en completa rectitud sin ceder a las múltiples amenazas y torturas que sufrió directamente por orden de los presidentes de la República, manteniendo intacta su vocación por hacer respetar la voluntad popular. Fue una hazaña que no ha podido ser igualada hasta hoy. Es una figura épica por su sencillez ciudadana.

Empezó luchando por la rectoría de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí para impedir el triunfo de los caciques, particularmente del terrible Gustavo N. Santos, impune frente a sus múltiples asesinatos.

Fue el primer opositor en alcanzar una alcaldía en la historia política de México en la época del PRI, sobreponiéndose a las condiciones más adversas, ganando dos veces a distancia de 30 años: en 1961 y en 1991. 

Se postuló por la gubernatura de San Luis Potosí como candidato independiente pero el PRI con trampas le impidió el triunfo. Nunca compitió para un puesto federal pero adquirió una fama que rebasó los límites del estado potosino por su eficacia de oposición al PRI.

Murió de cáncer después de una heroica caminata en 1991 desde San Luis Potosí, llamada Marcha por la dignidad, hacia la Ciudad de México, que detuvo en octubre cuando Fausto Zapata fue forzado a renunciar y ser sustituido por Gonzalo Martínez Corbalá.

Cuando visito la ciudad de San Luis Potosí, recuerdo el enorme esfuerzo del doctor Nava y sus seguidores, que forma parte de una época oscura de México que no debe ser olvidada. Pienso en el efecto de la modernización sobre la vieja ciudad colonial, donde una de las principales avenidas que luce sobre todas las demás del eje urbano lleva su nombre. Me parece un homenaje muy significativo que me colma de alegría.

Nava era un oftalmólogo que despachaba cerca de la plaza de los Tlaxcaltecas, donde vivió y curó a miles de personas. Aun así se dio el tiempo de actuar con eficacia para abrir el camino a la democracia no sólo en San Luis, sino en todo el país. Merecería otorgársele un homenaje o un monumento que hiciera patente el respeto y reconocimiento que se le debe.