Bajo el lema “¡Defendiendo nuestro maíz, cosechamos soberanía!”, la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País (CNSMNHP) convocó a celebrar el Día Nacional del Maíz. Este año se cumplen 13 años de esta iniciativa ciudadana. Pero en esta ocasión, la celebración fue distinta porque después de dos años de pandemia y de cancelar los grandes festejos, hubo clamor y muchas ganas de reunirse en todos los rincones del país. Pero también porque, igual que en el 2019, se sumaron varias instituciones de gobierno, que revaloran la producción campesina como puntal de la soberanía alimentaria: Semarnat, Sader y Conacyt del Gobierno de México; Sedema, CORENADR, Secretaría de Cultura del Gobierno de la CDMX, además de compañeras y compañeros del Gobierno de Tlaxcala, entre otros.
La fiesta se celebró en el Zócalo de la Ciudad de México durante tres días. El 29, 30 de septiembre y 1º de octubre, se instalaron enormes carpas donde las y los paseantes pudieron oler, degustar, conocer y comprar frutas, artesanías, alimentos variadisimos de más de 200 productoras y productores que exhibieron orgullosos los resultados de su trabajo. En el otro extremo de la plancha, se armó una enorme carpa para talleres que cobijaba cuatro espacios con nombres en lenguas indígenas: KAM (milpa en mixe), BACHI (maíz en yaki), ITSI (agua en purépecha) TLALLI (tierra en náhuatl) donde cientos de mujeres, hombres, jóvenes, niñas y niños participaron en 60 actividades que surcaban los conocimientos, incluidos juegos como la lotería de la agrodiversidad de la milpa, la obra de teatro “El regalo de Quetzalcóatl”, o las pláticas sobre mitos y colores del maíz , “Agroquímicos vs Agroecología”, “Mujeres en la defensa de la soberanía alimentaria y el territorio” y degustaciones, donde se contó la historia del pozole, y hubo también catas de café orgánico. Junto a esta carpa se ubicó la de “Diálogos del maíz y la milpa” donde abundaron charlas, conversatorios y presentaciones de libros y plataformas.
En un gran escenario, sonó la música y repicaron los bailables acompañando las actividades. La Camada de huehues “AMAXAC” arrancó la jornada cultural con teatro, danzas y música tradicionales, y no faltaron ni las cumbias, ni el rock, ni los testimonios de quienes protagonizaron la vendimia.
En el extremo sur de la gran plaza, Isaac de la “Dinastía Salazar de Huamantla, Tlaxcala” desde la madrugada del 29 de septiembre extendió una gran alfombra del símbolo del Día Nacional del Maíz elaborado con semillas nativas de maíz y frijol que donaron las y los productores. Antes de clausurar los trabajos, esta alfombra se volvió el escenario de intercambio y trueque, en donde las y los asistentes dejaban o recogían un puño de semillas para llevarlas a sus hogares y sembrarlas.
Esta jornada del Día Nacional del Maíz en el Zócalo, es un eco de los cientos de celebraciones que se hicieron a lo largo y ancho del país. La CNSMNHP recuperó la tradición de pueblos y comunidades del país que este día festejan la buena cosecha y el corte de los primeros elotes y que lo siguen celebrando. A la CNSMNHP le llegaron reportes de más de 200 eventos del maíz en plazas públicas, universidades, parques, escuelas y parcelas de muy diversos lugares. Además, en colaboración con la Red de Comunicadores Boca de Polen, se transmitieron las actividades y más espacios de diálogo desde el Zócalo y para alrededor de quince radios comunitarias ubicadas en estados como Veracruz, Morelos, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Puebla, Jalisco y Tlaxcala. Es menester resaltar que las radios comunitarias han sido el vínculo con las comunidades campesinas, para tener un intercambio de saberes y experiencias en torno al Día Nacional del Maíz.
Reconociendo que el origen de este día es una fiesta de prosperidad y abundancia, que nos une a todos los mexicanos, durante los tres días de la celebración se repitió una y otra vez: es momento de revalorar la producción campesina como puntal de la soberanía alimentaria. Y se dijo, igual que como el tejón y muchas plagas acechan la milpa, hay intereses de grandes agroindustrias alimentarias para acabar con nuestro maíz nativo, privatizar las semillas, hacer del campo una industria sometida a Monsanto y los agroquímicos, en fin, que quieren una vuelta al pasado.
Este año, la CNSMNHP, enfatizó que es el momento de cambiar el modelo agroalimentario que impusieron los gobiernos neoliberales y llamó a formar una comunidad amplia y combativa que acerque el surco a la banqueta. Por eso hizo un llamado a unir fuerzas para defender el campo y nuestro derecho a alimentarnos con productos campesinos, sustentables, suficientes y de buena calidad. Para lograrlo, puntualizó cuatro demandas urgentes:
- Defender e incorporar en el marco legal del Decreto Presidencial del 31 de diciembre que elimina progresivamente el uso del glifosato, así como la liberación al ambiente del maíz transgénico y el uso de su grano en la alimentación de las y los mexicanos.
- Impulso a la aprobación de la Ley General de la Alimentación Adecuada.
- Defensa de las semillas libres, y por tanto en contra de la iniciativa de Reforma a Ley Federal de Variedades Vegetales que tiene el fin de adherir a México al convenio UPOV 1991, y que nuestro país no está obligado a firmar.
- Presupuesto justo e integral que promueva la transición agroecológica de la producción agroalimentaria y la protección de las semillas libres, que privilegie la pequeña y mediana producción campesina e indígena.
Esta celebración, se dijo, es para volver a poner en boca de todos: “Salvemos al campo para salvar a México”. •