Domingo 4 de septiembre de 2022, p. 8
En el primer año de la pandemia, las transferencias económicas de los programas sociales de los gobiernos federal, estatal y municipal, ayudaron a contener y a evitar que hubiera un mayor incremento en los niveles de pobreza
en el país, señaló José Nabor Cruz Marcelo, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Detalló a La Jornada que sin las transferencias sociales de los programas de los tres niveles de gobierno, los índices de pobreza no habrían sido de 43.9 por ciento, sino que se hubieran ubicado en 45.9 por ciento
. Así, el incremento no habría sido de 2, sino de 4 puntos porcentuales.
Añadió que una vez que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía publique en julio de 2023 los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh), y con base en esa información, en agosto el Coneval dé a conocer los resultados de la nueva estimación de pobreza multidimensional en 2022
, se podrá tener una mejor idea del rol de esas transferencias.
La Enigh comenzó a levantarse en agosto pasado y el proceso se prevé que concluya en noviembre. El titular del Coneval, indicó que ahora, tras la peor parte de la pandemia, existen condiciones sociales un poco más favorables
, entonces se podría ver si las transferencias de los programas sociales siguieron en el rol de contención o incluso propiciaron alguna reducción de los niveles de pobreza
.
Destacó que lo que más incide en el descenso de la pobreza es la política de incremento del salario mínimo, que ha sido benéfica, tanto en el contexto de pandemia como de caída del producto interno bruto en 2020
. Agregó que “a pesar de ese esfuerzo seguimos manteniendo una brecha entre los ingresos promedio de las personas que trabajan en el ámbito formal e informal.
“El dato para el segundo trimestre de 2022 es que en promedio una persona que está en el ámbito formal gana 9 mil 311 pesos y quien declara trabajar en el informal de la economía, cuatro mil 544 pesos, es decir, los formales perciben en promedio el doble. Ahí radica, y es una apreciación personal, la problemática de que no haya habido mayor reducción de niveles de pobreza.
Mientras se mantega una brecha con menores ingresos en promedio de los informales, que son el mayor número de quienes trabajan en el país, indudablemente los avances en materia de pobreza serán muy bajos. El reto es aumentar el empleo formal; esa debe ser una política prioritaria para que se propicie un impacto positivo en la reducción de pobreza.