Número 179 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
El campo de la ciudad. Primera parte

LJC: ¿En qué consiste el programa Altépetl Bienestar?

CLG: Altépetl Bienestar tiene cinco componentes: Bienestar para el bosque, Sembrando vida Ciudad de México, Bienestar para el campo, Facilitadores del cambio y Desarrollo de capacidades y Bienestar rural.

En el de Bienestar para el Bosque tenemos tareas de conservación comunitaria y pagamos servicios ambientales a los pobladores. Mientras que el apoyo a nivel federal es de $400, nosotros aportamos entre 6,500 y 7,000 pesos, lo que incluye un programa de inversión que paga las actividades para la conservación y un incentivo anual con el que se respalda a ejidatarios y a comuneros tanto de comunidades de hecho como de derecho.

Actualmente tenemos 4000 brigadistas seleccionados en asamblea. En las comunidades y en los ejidos se eligen de acuerdo a si son comuneros o ejidatarios, si son esposas o esposos, si son hijos… o si no si hay alguien que la comunidad quiera proponer.

En el programa de inversión apoyamos para que adquieran maquinaria y diversas herramientas de trabajo. Ellos deciden en que van a gastar. Y hay una parte importante que pueden aplicar en obras de conservación o en la infraestructura que ya tienen. Por ejemplo, se está invirtiendo en parques para mejorarlos y darle trabajo a las comunidades.

El programa Sembrando vida, tiene una particularidad: que es para los dueños de las parcelas. Hay dos vertientes el Sembrando Vida federal y el Sembrando Vida local. Tenemos un Sembrando Vida local porque el tamaño de las parcelas o de las chinampas es más pequeño que el promedio nacional y no entrarían. Y por eso aquí decidimos hacer un programa universal. Actualmente apoyamos a 8500 productores, de los que 3300 reciben además 5,000 pesos mensuales como beneficiarios del programa de Sembrando Vida. Nosotros los apoyamos con bioinsumos. Hasta el momento hemos entregado 13,760 metros cúbicos de composta y 735,743 árboles frutales a un total de 2,225 beneficiarios. En lo que es mecanización agrícola, hemos apoyado a 446 productores para que puedan componer sus tractores y otros implementos agrícolas. En Bienestar para el Campo, apoyamos a los que arriendan la tierra y no son dueños; hasta este momento hemos otorgado 19,045 ayudas. Y en el programa de capacitación, apoyamos a Facilitadores del Cambio, que son agrónomos, veterinarios, biólogos, agroecológos encargados de dar asesoría técnica.

Tenemos las que llamamos Comunidades de Aprendizaje Campesino (CACs) que se reúnen una vez por semana o al mes, según, para capacitarse de campesino a campesino, realizar tequios de trabajo colectivo y hacer compras consolidadas. Lo relevante es que hacemos comunidad, generamos arraigo, sentido de pertenencia. Y esto nos ha ayudado mucho porque los productores perciben un ambiente diferente: pueden hablar abiertamente, compartir sus saberes y no solo recibir el conocimiento de los técnicos.

Hemos dado capacitaciones especializadas con gente que hemos traído de otros estados, complementando el conocimiento tradicional, la sabiduría ancestral con la técnica y la práctica modernas. Así apoyamos a cerca de 1,412 técnicos comunitarios, que se renuevan de acuerdo al nivel de conocimientos, la disposición, la actitud, el compromiso.

Nuestra propuesta agroecológica está basada en norma local 02 de la SEDEMA con la que se validan prácticas de agroecología en la ciudad mediante certificación de terceros. Sello Verde, es un tercero que certifica las prácticas con un costo aproximado de $10,000, que aporta la CORENADR. Contamos con 229 productores certificados y hemos entregado 430 sellos verdes. Estimamos alrededor de 2,890 hectáreas agroecológicas en la ciudad. Tenemos planes de reforestación y restauración de las parcelas para crear rutas ecológicas que atraigan aves migratorias. Ya vemos un aumento de insectos benéficos: hay más mariposas, libélulas, luciérnagas… y están proliferando diversidad de microorganismos benéficos.

LJC: ¿El campo es pues una prioridad para el gobierno de esta ciudad?

CLG: Sin duda es una prioridad para Claudia Sheinbaum y esto se muestra en el presupuesto: en este sexenio al campo se canalizan mil millones de pesos anuales, cinco veces más de lo que se le destinaba en la administración anterior. Y este año se dieron 90 millones adicionales. Pero no solo es dinero sino la decisión de lograr una restauración ecológica activa en el suelo de conservación, que en la Ciudad de México es del 59% de todo el territorio.

Es igualmente prioritario producir alimentos, ningún país es soberano si no produce su comida y en eso estamos trabajando. Cuando llegó yo la Comisión había un sistema hidro agrícola que regaba 1, 079 hectáreas. Se le dio mantenimiento y hoy tenemos 2,149. Antes tenían uno o dos ciclos productivos, hoy tenemos cuatro. Primero se cosecha romero, acelga, espinaca, brócoli… y enseguida entra la lechuga u otro cultivo de ciclo corto y después nuevamente romero y así, sin parar. En la pandemia apoyamos con $10.000 a los productores en el momento más crítico. En total se destinaron 70 millones de pesos para soportar el golpe de la Covid-19

La comercialización es muy importante por eso estamos en 17 centros comerciales de la ciudad. Y no solo aquí, ahora las flores se están vendiendo en veinte estados de la de la República; el nopal, además de consumirse en la ciudad, se exporta a Europa y Estados Unidos; y tenemos cadenas productivas que estamos fortaleciendo, como la del amaranto.

LJC: ¿Conservar o aprovechar? ¿Es este un dilema para la CORENADR?

CLG: No, no, no…No es un dilema. Hay un suelo de conservación donde fomentamos la preservación y la restauración, pero donde es posible impulsamos la producción. O sea, tenemos claridad en el destino y vocación de los suelos. Hay que fomentar tanto la conservación como la producción porque sabemos que sin aprovechamiento se debilita la protección.

Como gobierno hemos hecho actividades en la zona catalogada por la UNESCO como Patrimonio Natural Cultural de la Humanidad, que nunca se habían hecho. Rescatamos 50 kilómetros de canales mediante una limpieza profunda que además de hacerlos navegables ha permitido que la producción se incremente. La gente ha regresado. Cuando llegamos había 6,500 hectáreas de tierras ociosas de las que recuperamos 4,550. Y si de conservar se trata es también importante el apoyo a los productores que siguen haciendo prácticas ancestrales como el chapín.

Y en esa línea protegemos y fomentamos el uso de semillas nativas. El Banco de Germoplasma que está construyendo la CORENADR, es ejemplar. Estamos haciendo todo por lograr las alianzas institucionales necesarias para conservar en nuestras colecciones lo que tiene que ver con la riqueza genética. Ahorita contamos con una colección de 89 especies asociadas en el bosque, y 54 millones de semillas. En el laboratorio de Biología Molecular se detecta la presencia de transgénicos pues según el Programa General de Ordenamiento Ecológico publicado en el 2000 aquí no están permitidos.

Pero la salvaguarda mayor son los pueblos que como repite el presidente de la República defienden su cultura y su tradición. Y eso hace que las semillas sigan vivas. El 98% de las semillas que se comercializan en el mundo, son híbridas y sus genes han sido patentados. Lo que nosotros queremos es conservar, producir nuestras propias semillas y reproducir especies nativas para una mejor alimentación. El ideal es alcanzar la soberanía alimentaria desde la semilla.

Nuestro laboratorio también permite la detección oportuna de enfermedades y plagas., La mancha negra, por ejemplo, se puede llevarse una nopalera completa, y hasta que llegamos, no se había hecho nada por combatirla. Nosotros logramos limpiar de mancha negra cerca de 270 hectáreas y recuperar el 40% del 70% de la producción que ya habíamos perdido.

En nuestra clínica veterinaria hemos atendido a 16,179 animales de diferentes especies y atendemos a unas 144 unidades apícolas mediate una reforestación y restauración ecológica de zonas donde las abejas se alimentan.

También combatimos la tuberculosis y la brucelosis en bovinos que llevaban 20 años con la enfermedad y nos da gusto decir que hoy ya están sanas las mil vacas que hay en la ciudad. La cuenca lechera es una zona con una presión impresionante pues la mitad de los dueños quisiera vender. Nosotros trabajamos con la otra mitad y ya logramos que aceptaran sanearla dándole a sus animales una mejor calidad de vida. Porque en CORENADR, nos gustan los animales, los respetamos y los valoramos. Para el próximo año esperamos tener producción de forraje sin agroquímicos, garantizando que la leche no esté contaminada y venga de vacas saludable.

LJC: Háblanos de las otras actividades que apoyan…

CLG: Hemos estado financiando a ejidos completos para que aumenten la superficie sembrada con amaranto. Sin embargo, la producción está estancada. Cuando llegamos había como 20 hectáreas cultivadas y ahora hay cerca de 150, ha subido muy poco. En parte porque el amaranto de Tlaxcala es una competencia muy fuerte.

En cuanto al nopal tenemos el apoyo de Sembrando Vida. Los productores reciben varios subsidios, entre otros el de la Alcaldía y nosotros apoyamos en el pago de mano de obra y damos capacitación agroecológica y estamos buscando la forma de agregarle valor al producto procesándolo.

Una producción muy importante es la chinampera. En este caso es necesario el saneamiento del agua de los canales, pues la gente que vive en las chinampas en lugar hacer un drenaje, se conecta al canal. El estado de los canales nos solo es responsabilidad de gobierno, sino de los habitantes. Nosotros hacemos limpieza y realizamos colecta de semillas de ahuejotes más resistentes al muérdago, lo reproducimos y lo regresamos con resistencia. Hemos sembrado más de 13 mil y derribado un poquito más de 4 mil que estaban muertos.

Aquí tenemos maíz nativo. Y no hemos fomentado ni un solo grano de híbrido. No hay semilla híbrida de maíz, al menos no otorgada por gobierno. En el caso de las hortalizas, en cambio, me llena de tristeza que todo sea importado. La Revolución Verde y los gobiernos neoliberales hicieron de los agrónomos vendedores semillas de marca y de agroquímicos, homogenizando la producción que ahora tenemos que re diversificar. En el caso de la milpa, la gente podía tener en la misma parcela maíz, frijol, chile, calabaza, haba… Hoy ya casi no.

También apoyamos la producción de planta. Hemos reforestado con 26 millones de plantas que se producen en el vivero de la CORENADR. Tenemos un humedal que va a tener plantas que están bajo la norma 059 de Semarnat y que las vamos a poder reproducir para después sembrarlas.

LJC: ¿Por qué cambiar de clasificación: suelo urbano-suelo de conservación a suelo urbano-suelo rural-suelo de conservación? ¿Ventajas? ¿peligros?

CLG: Es que hay ordenar y reglamentar. El Instituto de Planeación de la Ciudad de México está trabajando en ello. Nosotros hemos entregado una propuesta. El suelo urbano tiene su propia dinámica. El suelo de conservación es donde están principalmente los bosques, los humedales los pastizales… Algo de lo que no he hablado es de los pastizales, que son muy importantes ecológicamente en esta ciudad, en el suelo de conservación, porque ahí es donde está la recarga de los mantos acuíferos. E igualmente el área forestal que alberga el 2% de la biodiversidad del mundo es zona de recarga y un ecosistema con su propia dinámica. Los humedales también tienen su propia biología: animales endémicos y plantas acuáticas.

A fines del siglo pasado cundo se dividió el suelo conservación de la franja urbana se determinaron que 88,442 hectáreas quedaban en conservación. Y es que recargan el acuífero, capturan gases de efecto invernadero, albergan 2% de la biodiversidad mundial y el 11% nacional, además de que producen alimentos sanos y disponen de paisajes escénicos y culturales muy importantes… todo esto en un territorio que comparado con el de otros estados es muy pequeñito y tiene una presión inmobiliaria salvaje. Entonces pues estamos dando la batalla. Cuánto al tema de qué parte va a ser suelo de conservación y qué parte suelo rural, es algo que tendrá que determinar el Instituto de Planeación.

LJC: ¿Qué problemas de gobernanza supone tener como contrapartes alcaldes, concejos, ejidos, comunidades, pueblos, organizaciones sociales…?

CLG: Para CORENADER no es problema. Lo nuestro ha sido respetar la ley y los procedimientos, pero cuando los procedimientos se convierten en camisa de fuerza, lo que hacemos es negociar y buscar el consenso. El diálogo es muy importante en nuestro el equipo, tejemos muchas relaciones. Algo de lo que me siento orgullosa es que logramos que los núcleos agrarios resolvieran sus problemas de límites cuando reconocieron con nosotros que ni los árboles ni el medio ambiente reconocen fronteras y vamos a cuidarlos. Y hubo respuesta.

LJC: ¿Ser mujer te ayuda o limita en una incumbencia rural como la que tienes?

CLG: Una se limita porque quiere y yo no me limito. Pero sí fue difícil. O sea, de repente llegaban a quererme meter miedo y me amenazaban. Pero tuve que hacerme fuerte, mostrar de qué estoy hecha y poder decirle al equipo: ni un paso atrás.

LJC: ¿Y cómo tu también se están empoderando las mujeres del campo chilango?

CLG: Hoy de los programas del campo de la Ciudad de México el 44% de las beneficiarias son mujeres En las actividades de conservación de los recursos naturales, el 32% son mujeres. ¿Qué quiere decir eso? Que las mujeres ya estamos teniendo propiedad. Porque para ser beneficiario, tienes que ser propietario. En muchas partes de la república, la propiedad rural todavía no la tiene la mujer. La mujer siempre debe tener la propiedad, porque eso le da fuerza. •