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Terapias de conversión son crueles y deben erradicarse: activista
 
Periódico La Jornada
Domingo 19 de junio de 2022, p. 10

A los 15 años, Paola Santillán fue violada. Eso me rompió el alma, dice a La Jornada. Ella fue víctima de las denominadas terapias de conversión; sobrevivió a una violación correctiva. Paola, recuerda fui abusada sexualmente por dos hombres que tenían la firme intención de quitarme lo lesbiana, en el lugar clandestino, a donde fue llevada contra su voluntad.

Los esfuerzos por suprimir o reprimir la orientación sexual, la identidad o la expresión de género (Ecosig) parten de una tesis falsa, de que hay algo que curar, pero sobre todo son tratos crueles, inhu-manos y degradantes, y ya en una decena de entidades son considerados delitos con penas de entre cinco y tres años. Además, Naciones Unidas los califica como tortura.

A Paola el gran dolor que le causó ese abuso sexual, la hizo tenerlo en silencio durante 10 años y comenta que pugnan por la aprobación de la iniciativa existente en el Senado para erradicar las Ecosig, y hacerlas punibles a nivel nacional.

Ahora es activista por los derechos de la comunidad LGBT, colabora en Yaaj México, es defensora de derechos humanos, y fue una de las 25 mujeres, cuyas historias de lucha por las garantías individuales fueron plasmadas en el libro Las valientes aventuras de mujeres defensoras, elaborado por ONU-Derechos Humanos.

Refiere que el abuso sexual tuvo repercusiones en mi adolescencia, sobre todo en reprimir mi sexualidad. Esto en las personas LBGT crece hasta en cerca de 8 por ciento la posibilidad de cometer suicidio.

Advierte que esas acciones correctivas pueden llevar al feminicidio. Pude haber sido una cifra más. Ecosig es violencia de género, y son la antesala de los crímenes de odio. Sobreviví, pero hay muchas mujeres diversas en las que este tipo de hechos se convierte en un caso más de feminicidio por orientación sexual. Hay que visibilizarlo.

Expone que Yaaj México, ha detectado que con estas seudoterapias se ejerce, incluso, privación ilegal de la libertad, les dan electroshock. Fundamos esta organización, porque éramos víctimas de este tipo de tratos.

Cuenta que, lamentablemente, las familias a veces no apoyan e incluso llevan a esos lugares, mediante la coerción, porque entre los mismos familiares se da la discriminación y el rechazo.

En lugar de encontrar refugio en el hogar, lo encontramos en las calles, porque tuvimos que huir de la violencia y discriminación. Nuestra familia y la sociedad nos estaban diciendo que ser quienes somos está mal, que había una repercusión: el castigo religioso, que te daría alguna infección de transmisión (sexual), y está el castigo moral. Por ser una mujer diversa sufrí el abuso sexual.

La Ciudad de México fue la primera en legislar contra las Ecosig, e instó a que sea aprobada la iniciativa en el Senado para que la erradicación sea a escala nacional. Son seudoterapias, pero también son un fraude. Lucran con el dolor y desinformación de las familias. Además, debe haber remoción de cédula profesional de quienes participen en esas acciones y la Cofepris debería intervenir.