Prefieren financiamiento bancario
Jueves 9 de junio de 2022, p. 24
En los pasados cuatro años y medio, el mercado accionario de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) vive una sequía de empresas que quieran recaudar capital para financiar sus procesos productivos, debido a que las expectativas de crecimiento económico del país son bajas; el diminuto apetito de las empresas y su falta de profesionalización, así como el uso de otras fuentes de financiamiento, como la banca, son una dura competencia para el mercado bursátil mexicano.
El Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la BMV tuvo un crecimiento exponencial desde la quiebra de Lehman Brothers (2008) que desató una crisis financiera hasta su último máximo histórico, pasando de 27 mil 501 puntos a más de 56 mil enteros en marzo pasado; es decir, 115 por ciento de rendimiento.
Eso no significa que haya respondido a un crecimiento de la economía en la misma proporción, pues se ha registrado un incremento del PIB nacional de 2 por ciento en promedio. La interpretación es que existe una fuerte canalización de fondos externos e internos a la Bolsa, fundamentalmente de carácter especulativo, lo cual hace que los precios de las acciones crezcan y los inversionistas obtengan altos rendimientos, pero desde el punto de vista del financiamiento para proyectos productivos, las emisoras no se ven favorecidas
, explicó Héctor Núñez, profesor-investigador del Departamento de Administración de la UAM Azcapotzalco, en su estudio Crisis de financiamiento en México.
En vísperas del decimoprimer Foro de Emisoras, organizado por la BMV (hoy y mañana), la entidad bursátil está entrampada entre una serie de factores que inhiben un crecimiento exponencial del mercado de valores en México.
Círculo vicioso
De acuerdo con especialistas, el mercado accionario mexicano no sólo vive una sequía de ofertas públicas accionarias iniciales, mejor conocidas como IPO, sino también registra una tendencia de abandono de las emisoras (General de Seguros, Bio Pappel, Lala, Ienova y Rassini, entre otras) como reflejo de las bajas valuaciones, la caída del precio de las acciones, los costos que conlleva ser una empresa pública y, también, a los cambios en el control de las compañías.
Jacobo Rodríguez, director de Análisis Financiero en BWC, detalló que uno de los principales inhibidores de las empresas para financiarse en Bolsa es la baja expectativa de crecimiento económico e inversión que hay en México.
La colocación de acciones es un mecanismo de financiamiento, entonces, al tener expectativas de debilidad económica, los empresarios prefieren poner una pausa en el financiamiento y esperar a que haya condiciones más idóneas
, detalló.
Asimismo, aunque el número de cuentas en las casas de bolsa en México se ha disparado de 200 mil a poco más de 3 millones en los pasados dos años, el apetito de estos inversionistas es casi en su totalidad hacia empresas extranjeras, principalmente tecnológicas o energéticas, sectores que no están representados en el país.
Para Jorge Sánchez, director de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef), el problema de un mercado accionario pequeño (145 empresas) es un tema de muchos años.
“No se han creado la cantidad de nuevas empresas que quieran cotizar, seguimos teniendo la falta de un estado de derecho; falta de profesionaliización de las Pymes porque a veces no tienen ni sistemas contables. Así que no se ve pronto un boom de IPO; algunas podrán comenzar a cotizar, pero por el momento no veo un crecimiento exponencial”, prevé Sánchez.
Dura competencia
Por su parte, los bancos son una dura competencia para el mercado de capitales mexicano que, actualmente, está en crisis por un reducido apetito de las empresas e inversionistas.
Bernardo González, expresidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), ha explicado que los bancos ofrecen una serie de servicios a las empresas, como el manejo de sus tesorerías o de sus nóminas, entre otros; en lugar de ir al mercado bursátil, que le cuesta mantenerse en la Bolsa.
Los bancos dan crédito y aparte le están manejando la nómina a las empresas; les dan tarjetas de crédito corporativas; les hacen la administración de su tesorería, lo que les baja mucho el costo de financiamiento de una empresa a través de un banco
, precisó González.
De acuerdo con Jacobo Rodríguez, la BMV, como la Bolsa Institucional de Valores (BIVA), han hecho un arduo trabajo de promoción de acercarse a las empresas, pero con crecimiento económico bajo expectativas de inversión a la baja, cualquier trabajo de promoción para usar el mercado de valores va a ser insuficiente
.