La Paz, BCS., La salmuera residual que la empresa Exportadora de Sal de Guerrero Negro (ESSA) ha acumulado desde 1995 en terrenos nacionales prácticamente no tiene litio y es una bomba de tiempo que pone en riesgo a la laguna Ojo de Liebre, adonde las ballenas grises acuden a dar a luz a sus crías, afirmó el ex director de esa paraestatal, Nonato Avilés Rocha.

En entrevista, refirió que ESSA –de la cual el gobierno de México posee 51 por ciento de las acciones y el consorcio japonés Mitsubishi 49 por ciento– dejó de tirar al mar en 1995 la salmuera excedente de sus procesos y desde entonces la concentra en una zona que abarca al menos 3 mil hectáreas, en el municipio de Mulegé, dentro de la reserva de la biosfera El Vizcaíno, región que despertó mucho interés durante el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018), pues se esperaba que en ella hubiera litio.

Avilés Rocha recordó que el consejo de administración de ESSA pagó un estudio al Servicio Geológico Mexicano para analizar el área y arrojó un resultado negativo.

Ese estudio ahí está. Yo lo conocí en el proceso de entrega-recepción; recuerdo que lo hojeé y lo que alcancé a ver es que tiene una cantidad prácticamente insignificante de litio. Dice que tiene rastros de 10 partes por millón. Eso es prácticamente nada, o sea, no hay litio en esa salmuera, apuntó.

Mencionó que hay un litigio en torno a ese residuo, porque a un director de la empresa (a quien no identificó) se le ocurrió vender a una empresa 300 millones de metros cúbicos de ese material, lo que ESSA no puede cumplir porque no tiene tal cantidad; posiblemente cuenta con la tercera parte del volumen requerido, que además no contiene litio.

–¿Por qué entonces el litigio por la salmuera? –se le preguntó.

–Seguramente hay otros minerales que a estas alturas también son de alto valor comercial. Tal vez ahí se concentra el interés de quienes están demandando a ESSA.

Avilés Rocha, quien renunció a la dirección de ESSA en enero de 2021, consideró que almacenar la salmuera fue un error, resultado de que se pretendió mostrar a la paraestatal como una empresa ambientalmente responsable, además de que, hasta donde sabe, ninguna salinera del mundo guarda el producto.

“Lo que sí se puede asegurar es que hay un plan de inversión firmado el 30 de septiembre del 2020 y publicado en el Diario Oficial de la Federación para reincorporar esa salmuera al mar, pero no se ha hecho por el litigio existente.”

Expuso que ningún directivo de ESSA se va a aventar el tiro de reincorporar la salmuera al mar, porque se supone que estaría dilapidando dinero público; es decir, no se puede hacer nada con el material mientras no se aclare si tiene algún valor. Si algún director tira eso se va meter en un problema que le puede significar la cárcel, advirtió.

En medio de esta controversia sobre el valor de la salmuera acumulada y el litigio, la sustancia pone en riesgo la laguna Ojo de Liebre, que concentra el mayor número de ballenas grises durante la temporada de arribazón de los cetáceos a Baja California Sur, debido a que la zona de almacenamiento está separada por unos diques que se pueden romper en caso de algún ciclón o por lluvias torrenciales.

Nonato Avilés subrayó que el riesgo ecológico persiste, y en caso de un desastre el director del ESSA podría terminar en la cárcel por causar daños severos al ambiente.

Insistió en que la acumulación de la salmuera es un asunto que no debe postergarse. Fue un error de 1995, bajo la dirección de Juan Ignacio Bremer González, “que hicieron con glamour ambiental”, porque en ese tiempo era fundamental que ESSA diera la imagen de una empresa que actúa con responsabilidad hacia el entorno, pero ahora la situación es otra y se ha rodeado de especulación, incertidumbre y presiones ecológicas.