hacia una música de sustancia fuerte
Lunes 28 de febrero de 2022, p. 8
Más allá de buscar la vanguardia, trascender lo convencional o romper la tradición, el interés del ensamble Liminar está orientado hacia la música con una sustancia fuerte
desde el punto de vista del sonido, destaca Alexander Bruck, su codirector.
“No me gusta hablar de lenguajes en la música; buscamos propuestas que tratan de dar una perspectiva –no sé si total– desde el sonido, propuestas sustantivas, fuertes desde ese aspecto.”
El violista y violinista hace tales precisiones con motivo del concierto La escucha infinita, que ofrecerá la agrupación el 3 de marzo, a las 20 horas, en el auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Cenart).
El programa está compuesto por cuatro obras del mexicano Samuel Cedillo, dos de ellas estrenos mundiales: Estudio de contrapunto II, para guitarra a cuatro manos, y Estudio de fenómeno, para cuatro pianos.
Según Alexander Bruck, la música de este compositor de origen mazahua –que de niño fue campesino y artesano, y hoy día es considerado uno de los músicos más innovadores del panorama experimental mexicano– se distingue por repensar los instrumentos a partir de sus características físicas de la cuestión corporal.
Generalmente, abstrae al instrumento totalmente de la tradición, incluso de cómo se toca; por eso tiene obras para violín a dos arcos o de guitarra a cuatro manos. Digamos que usa los objetos como cuerpos sonoros y, a partir de allí, y de ciertas preocupaciones poéticas, no necesariamente de origen musical, los hace sonar en línea con una concepción casi pansonora o pansónica de las cosas
, detalla.
“Pero lo hace refiriéndose o poniendo en práctica los conceptos fundamentales de la música, como el canto, el contrapunto, el ritmo, la polirritmia, aunque interpretadas de manera muy propia.
El contrapunto no es el heredado del Renacimiento, a tres voces, sino que a partir de una multiplicación de las voces hace cantar los instrumentos de maneras que pueden parecer muy abstractas o crudas.
A manera de ejemplo de esa característica de la escritura de Samuel Cedillo, menciona su Estudio de contrapunto II, que se toca con serruchos: Tienen los dientes limados, entonces no cortan el instrumento, pero a veces sí se rompe una cuerda. Es una de las dificultades con las que hemos lidiado: llegar al final sin que se rompa una cuerda. En términos sonoros, las seis cuerdas de la guitarra y la infinidad de los dientes de los serruchos permiten una articulación del sonido muy especial
.
Para tener una idea de a qué suena la música de ese compositor, considera que es importante conocer su linaje musical, el cual proviene de haber estudiado con el mexicano Julio Estrada y de todo ese imaginario musical del siglo XX, que, por un lado, empieza con Xenaquis y otros compositores, como Pierluigi Billone, quien también fue su maestro
.
Alexander Bruck destaca que este concierto en el Blas Galindo –en el que Liminar estará acompañado por integrantes del ensamble Sonidero 13, de la Escuela Superior de Música– es una forma de saldar una deuda pendiente con Cedillo, con quien tienen una relación de muchos años, pero del que nunca habían interpretado música.
Esta presentación es parte de la producción de un álbum monográfico dedicado a ese autor que se publicará este año con un sello internacional, en el que asimismo participan un cuarteto de cuerdas de Argentina y otro de saxofones de España.