Lunes 28 de febrero de 2022, p. 8
Hace medio siglo se publicó el primer fotolibro de Paolo Gasparini, Para verte mejor, América Latina, con un ensayo de Edmundo Desnoes y diseño de Umberto Peña. Ahora, el fotógrafo italiano dará a conocer Fotollavero mexicano (Editorial Mal de Ojo), con texto de Juan Villoro y diseño de César Jara. La edición, que recoge su visión de México, articulada con fotografías realizadas entre 1970 y el 14 de febrero de 2020, se presentó en el Colegio Nacional.
Sobre Para verte mejor, América Latina, Gasparini (Gorizia, 1934) escribe que en esta “novel fábula ilustrada habíamos convertido a Caperucita Roja en símbolo de América Latina sometida al permanente acoso del lobo imperialista. Eran otros tiempos… nos declarábamos fotógrafos comprometidos, y para nosotros era más que un libro: era un manifiesto. En Venezuela, donde vivo y trabajo, he continuado con la misma pasión de articular imágenes para fotolibros y audiolibros en función de un discurso que exprese mis ideas y sentimientos”.
Continúa: “En 1987, durante la temporada de bonanza petrolera y auge editorial, se editó en Caracas el fotolibro Retromundo, con el abrazador texto de Victoria de Stefano y el diseño de Álvaro Sotillo. En medio del ruido de tanta euforia andaba yo cacareando una balurda hipótesis según la cual el fotolibro era una simbiosis entre fotografía, texto y diseño. Ya que, desde siempre, estimé importante acompañar el cuerpo del fotolibro con algún texto, debido a que las palabras preñan y extraen de las imágenes nuevas ideas y significaciones. Asimismo, siempre he considerado el diseño gráfico como el aliado más idóneo para aguzar –a través de las formas– la comprensión de los contenidos”.
Cuidado con el lobo
Este Fotollavero mexicano “asoma su alegre portada en un mundo lleno de turbulencias y tristezas… La idea surgió cuando todavía estaba imbuido con la idea del fotolibro-simbiosis, preparando la exposición Campo de imágenes para la Fundación Mapfre, que también incluye mis fotolibros. El primer paso fue invitar a Juan Villoro, viejo amigo, escritor y colaborador desde hace mucho tiempo, para ilustrar con sus palabras el recorrido mexicano de las imágenes. Me envió de vuelta su incisivo y lindo texto –Las llaves de los sueños
–, que me gustó mucho. Me conmovió leer que: las fotos eran revelaciones: describían el mundo, pero también los ojos que lo habían visto… A veces los caminos de la vida no son fáciles, muchos proyectos caen, otros se transforman y las simbiosis también se consumen mutuamente en el proceso”. También se incluye un ensayo de Sagrario Berti.
En 1972, en la presentación de Para verte mejor, América Latina, “decíamos: ‘cuidado con el lobo imperialista, porque puede comernos como a la pobre niña Caperucita Rojo’. Ahora, medio siglo después y guardando las distancias, quiero decir a los jóvenes fotógrafos: armen ustedes las formas del ensamblaje y el contenido de sus fotolibros, con sus criterios y su sentir… antes de que aparezca en el camino algún lobo solitario. Son los más buscados, rebuscados... y peligrosos”.