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Abordan propuestas sobre los retos pospandemia

Inauguran la 22 reunión anual de la Celac sin competir con organismos regionales

Bogotá reprocha el silencio contra la ruptura de la democracia en tres países miembros

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▲ Los representantes diplomáticos de los 33 países miembros de la Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños apoyaron la propuesta inaugural de buscar mayor integración regional.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Sábado 8 de enero de 2022, p. 20

Buenos Aires. El canciller argentino, Santiago Cafiero, inauguró la 22 Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), con un llamado a avanzar en la integración y fortalecer el diálogo para seguir construyendo una región en paz.

La búsqueda de coincidencias será nuestro mandato principal, el respeto a la diversidad nuestra guía rectora, expresó Cafiero al asumir la presidencia pro tempore del bloque de 33 países.

Consideró que la Celac es un foro a medida de la región, no nació para competir con nada, surgió de las entrañas mismas de nuestros pueblos como respuesta a la necesidad de unirnos sin exclusiones.

Argentina remplaza en la presidencia a México, en la que estuvo al frente durante casi dos años, por la situación de la pandemia. A la cita acudieron los cancilleres de México, Marcelo Ebrard; de Colombia, Lucía Ramírez, y de Venezuela, Félix Plasencia, entre otros.

Los países miembros de la Celac son 33: Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela

Agenda de unidad regional

Temas como la etapa pospandemia, la salud, la lucha contra el cambio climático, las sanciones estadunidenses contra Venezuela y Cuba, la cooperación en materia educativa, en la conectividad regional y la tecnología, entre otros puntos fueron abordados en la reunión.

El presidente argentino, Alberto Fernández, cerró la cumbre al declarar que la Celac no emerge para oponerse a alguien, para enfrentarse con alguna de las instituciones existentes; no se constituye para inmiscuirse en la vida política y económica de ningún país; nació como un foro en favor de nosotros mismos que siempre promovió el consenso y la pluralidad.

Fernández agradeció el apoyo en su disputa con Gran Bretaña sobre las islas Malvinas, así como en las negociaciones entabladas con el Fondo Monetario Internacional para refinanciar un préstamo de 44 mil millones de dólares.

El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Félix Plasencia, pidió durante su intervención que el bloque se una para denunciar las sanciones contra algunos de los países que lo integran.

Nuestro llamado una vez más es para que desde la membresía de la Celac sumemos fuerzas en la denuncia de las medidas coercitivas unilaterales, expresó el ministro venezolano.

El ministro calificó como incomprensible que en medio de la pandemia de Covid-19, haya habido un recrudecimiento de las sanciones y el bloqueo contra países que integran ese bloque, como son Venezuela y Cuba.

De igual forma, destacó la importancia de que los miembros construyan un espacio común para el desarrollo de la economía y para afrontar los retos una vez superada la pandemia.

Además, pidió que se estudie la propuesta de crear una secretaría general de la Celac, realizada por el presidente venezolano Nicolás Maduro durante su participación en la cumbre de jefes de Estado y de gobierno, celebrada en septiembre en México.

Bogotá: en defensa de la democracia y la OEA

En tanto, la vicepresidenta y canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez, reprochó ayer en su discurso leído ante la Celac , el silencio de este foro internacional ante la ruptura democrática, en la que, según dijo, se encuentran tres países de la región, pues según la Declaración de Defensa de la Democracia, suscrita por los países miembros de la Celac en 2011, determinó que se debe suspender al Estado en donde haya ruptura del orden democrático, violación de los derechos humanos, desconocimiento de los derechos y libertades fundamentales, sometimiento a torturas, negación a la libertad de opinión o detenciones arbitrarias.

Sin embargo, estas acciones tienen lugar en al menos tres de los países que acá se encuentran.