Corría el año de 1978 del siglo pasado, en Nacozari de García Sonora. Por ese entonces aún estaba fresca en la memoria del país la brutal represión con la que Jorge Larrea, en complicidad abierta con todo el aparato de Estado, había puesto fin a una huelga de dos meses, mediante la cual los trabajadores mineros de la construcción habían exigido una mejora en sus condiciones de vida y trabajo en aquel remoto mineral.
Once años después, Jorge Larrea repetiría su mismo actuar al adquirir la Compañía Minera de Cananea, en una burda maniobra mediante la cual, la paraestatal fue desincorporada de los activos del Gobierno Federal, a un precio muy por debajo de su valor real. Eran los tiempos de auge del neoliberalismo en México y Carlos Salinas, que había llegado de manera fraudulenta a la presidencia, desmantelaba el Estado de Bienestar fraguado al calor de las grandes demandas sociales en la época post-revolucionaria del general Lázaro Cárdenas.
Junto a la Compañía Minera de Cananea, otras grandes empresas estatales también fueron desincorporadas y vendidas a precios muy por debajo de su valor real: DINA, TELMEX, Altos Hornos de México, el complejo siderúrgico de Las Truchas, en Lázaro Cárdenas Michoacán, entre otros. Todos ellos con maniobras fraudulentas e historias de quiebra ficticias. Las empresas fueron vendidas a un puñado de empresarios entre los que hoy se cuentan los hombres más ricos de México y del mundo. También empezó una larga historia de despojo, abuso, desconocimiento de derechos laborales y violación de derechos humanos.
En el caso de la Mina de Cananea, el 90% de sus acciones pertenecía a NAFINSA (Nacional Financiera) y estaba en pleno auge productivo y económico. El contrato colectivo que regía las relaciones obrero-patronales era uno de los más justos en el país y por consecuencia de los más defendidos por la clase trabajadora. Cuando Carlos Salinas le vendió la empresa a Jorge Larrea, metió también al ejército por primera vez a la ciudad de Cananea para reprimir toda protesta laboral y ciudadana. Eso fue posible gracias a una maniobra en la que el extinto político Sonorense, Luis Donaldo Colosio, fungió como enlace del gobierno federal para dialogar con los obreros, prometiendo una negociación justa en la venta de la mina. A la postre, su maniobra dilatoria lo único que hizo fue permitir la entrada del ejército. Con ello, Jorge Larrea pudo eliminar las primeras prestaciones del contrato colectivo de trabajo y despidió, vía “reajuste”, a los primeros 719 obreros pertenecientes a la Sección 65 del sindicato minero.
Ese fue el inicio de una larga y multitudinaria lista de demandas laborales entre los mineros de Cananea y Grupo México, que han permanecido en el tortuoso camino de los tribunales laborales. En 2004, los obreros se fueron a huelga, pues la empresa incumplió con el pago del 5% del valor de las acciones que había pactado con el sindicato como pago por la venta de la misma, en el año de 1989.
Grupo México tuvo que pagar las acciones en 2005 y en represalia organizó a cientos de obreros que no les correspondía el pago del 5%, a través de varios despachos privados, para que se lo demandasen al sindicato. Se montó una campaña mediática contra el líder del sindicato a nivel nacional, Napoleón Gómez Urrutia, quien finalmente terminó en un exilio forzado de muchos años en Canadá.
La historia de Cananea se entrelaza con varios acontecimientos en los que las demás secciones del sindicato minero a nivel nacional, tomaron posición con respecto a acontecimientos como la gran explosión de la mina de Pasta de Conchos. Después de ese suceso, los mineros del país demandaron mejores condiciones laborales en temas de seguridad e higiene. En 2008, la sección 65 protagonizó otra huelga que terminó con su desconocimiento por parte de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje. Los obreros persistieron y finalmente, en base a otro laudo federal en 2010, los trabajadores de Cananea fueron desalojados violentamente y el sindicato minero fue sustituido por la CTM. De golpe, 1,200 obreros fueron despedidos y se contrató vía outsorcing a cientos de trabajadores procedentes del sur del país. El contrato colectivo de la Sección 65 quedó sin vigencia y con ello, numerosas prestaciones salariales, pensiones y jubilaciones quedaron sin efecto. Se perdió además un hospital que garantizaba la atención médica a todos los obreros.
El conflicto escalaría a niveles mayores en los años sucesivos, pues aparecieron otros problemas medioambientales que empezaron a afectar a toda la población en su conjunto. Son problemas relacionados con la contaminación de los polvos procedentes de la mina, escasez de agua y desde luego, el gran derrame de lixiviados tóxicos sobre el Río Sonora que afectaría a miles de Sonorenses, no solo en la salud sino en sus recursos naturales y en sus fuentes tradicionales de sustento económico.
Desde luego, esa amalgama de problemas se entretejió a partir del abandono y desmantelamiento de las políticas públicas que el Estado neoliberal implementó desde la época de Salinas. La complicidad sin límites entre los presidentes de la república en turno, gobernadores priistas y panistas, así como las autoridades laborales al servicio del poderoso Grupo México en la protección de sus intereses, explican la encrucijada y el viacrucis social al que fue sometido el antiguo mineral y toda su gente.
La llegada de la Cuarta Transformación le imprimió un viraje histórico a esta situación. Desde su sensibilidad sobre el territorio y las necesidades de los actores sociales, el presidente Andrés Manuel López Obrador pudo entender la compleja problemática de los habitantes de Cananea y desde una visión integral perfiló un Plan de Justicia que abarca cinco ejes fundamentales: trabajo digno, atención médica y medicamentos gratuitos, bienestar, salud ambiental, derecho al agua y mejoramiento urbano.
El Plan ha sido concebido como un instrumento que da soluciones a las demandas sociales acumuladas durante décadas y que fueron totalmente desatendidas por los gobiernos neoliberales. En el caso de Cananea, no sólo fue la privatización de la mina y los posteriores conflictos de los trabajadores mineros, fue también el abandono de las políticas de bienestar que garantizan un mínimo de dignidad y bienestar material para la población en su conjunto. A tan solo cuatro meses de iniciado el Plan, ya hay acciones concretas de gran envergadura. Uno de los elementos fundamentales sobre el que descansa este accionar es haber atendido uno por uno a los distintos grupos que plantearon problemáticas muy diversas y haber ideado junto con ellos, las acciones que se encuentran en marcha.
Eje 1. Trabajo Digno. El primer gran logro que es necesario resaltar en el eje de trabajo digno, es la pensión general equivalente al salario mínimo para todos aquellos mineros que, habiendo laborado una buena parte de su vida, nunca cotizaron en el IMSS. Grupo México se ha comprometido a aportar un fondo de 300 millones de pesos y el Gobierno de México pondrá otro tanto. La pensión se otorgará por un período de diez años y será entregada a partir de enero de 2022. Para darle cauce a las demandas individuales y colectivas, la Secretaría del Trabajo instalará una oficina del Centro de Conciliación Federal para que los desacuerdos en materia laboral puedan encauzarse y resolverse adecuadamente.
En el caso de las resoluciones pendientes por litigios interpuestos para obtener el cinco por ciento de las acciones que correspondan a los trabajadores de la compañía minera, se está dando un seguimiento puntual ante las autoridades jurisdiccionales y el poder judicial. Esto marca una actitud radicalmente diferente respecto a la forma en la que operaban las instancias laborales del gobierno federal en el pasado.
Eje 2. Atención médica y medicamentos gratuitos. La atención médica, gratuita para todos y sin importar que se esté afiliado o no a un sistema de seguridad social, es un gran avance para una buena parte de la población de Cananea que, hasta ahora, ha carecido de este servicio.
En este importante eje se avanza en la creación de un modelo de salud que sin distinciones incluirá a derechohabientes y no derechohabientes del IMSS. Se rehabilitan hospitales, se contratan médicos en diversas especialidades, se amplían capacidades, se adquieren equipos de primer y segundo nivel y se atienden de manera integral enfermedades diversas.
En cuatro meses, el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) ha hecho lo que otros gobiernos nunca hicieron en años. El INSABI ha rehabilitado 14 centros de salud y un hospital de especialidades que estaba subutilizado, abrió 101 plazas que incluyen 17 especialidades en salud, con lo cual se garantiza que la salud de los habitantes de Cananea tendrá una cobertura total.
Eje 3. Bienestar. Derivado de las acciones para concretar el Plan de Justicia, Cananea fue el primer municipio donde se empezó a incorporar a todos los adultos mayores, a partir de los 65 años en las políticas sociales. Desde la creación del Plan, se han incorporado 1,869 beneficiarios dentro de los programas de Becas Benito Juárez y Jóvenes Construyendo el Futuro.
Como parte del programa “La Escuela es Nuestra”, 33 planteles que hace años no recibían ninguna inversión para mejorar su infraestructura, ahora han recibido presupuesto para ser rehabilitadas de inmediato.
Eje 4. Salud Ambiental. El funcionamiento de la mina a cielo abierto ha planteado serios problemas como la contaminación del aire y sus repercusiones en la salud. El abatimiento de los pozos que proporcionan el agua potable para la comunidad y otros que tienen que ver con el desgaste de los equipos para suministro y bombeo, son algunas de las problemáticas más sentidas por la población.
El gran derrame de lixiviados tóxicos que inundó la cuenca del Río Sonora, generando enfermedades severas y riesgos que aún permanecen latentes entre la población de las comunidades ha sido atendidos mediante estudios y diagnósticos de aire, agua y suelo por las dependencias encargadas del ramo. Con los resultados que arrojen los estudios se podrán poner en marcha acciones de atención específica para atender a la población afectada. En el caso de los sistemas de abasto de agua potable, CONAGUA ya ha hecho las primeras inversiones en la compra de equipos de re-bombeo para garantizar una cobertura total de este servicio.
A lo largo del Río Sonora se trabaja con Grupo México para que las comunidades afectadas por el derrame puedan tener agua de calidad, proveniente de 10 plantas potabilizadoras que no han operado a toda su capacidad. Dentro del Plan se contempla además la construcción de 10 plantas de tratamiento para aguas residuales.
Eje 5. Derecho al Agua y Mejoramiento Urbano. Un aspecto de suma importancia es que en Cananea la ciudadanía recupere el disfrute, uso y goce de sus espacios comunitarios. La calidad de vida de una comunidad se mide también por el estado que guardan sus espacios naturales y la forma en la que habita su arquitectura propia. En el caso de Cananea, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano identificó varios espacios para remodelarlos y darles mayor funcionalidad estética y de libre tránsito. Para ello involucró a la ciudadanía en varios talleres de planeación y mediante ello, se tomó la de recuperar el corredor del centro histórico, Plaza Juárez y también la rehabilitación de su emblemática Casa de la Cultura. Estas acciones ya se encuentran en curso y concluirán el año próximo.
Además de los cinco ejes anteriores, la apuesta del gobierno de la Cuarta Transformación ha sido involucrar de lleno a las dependencias de los tres niveles de gobierno, para a realizar un trabajo coordinado que nunca se había hecho.
Resolver los múltiples conflictos que enfrenta la población de Cananea entraña un significado simbólico y de gran trascendencia histórica para la Cuarta Transformación. No olvidemos que en Cananea nació la tercera transformación y ahí se perfilaron los derechos laborales y humanos que nos dieron viabilidad y trascendencia como sociedad durante casi un siglo. Ahí nacieron los derechos laborales, consignados en la Carta Magna, que garantizaron la subsistencia y dignidad humana en los grandes contratos colectivos para la clase trabajadora de este país, a todo lo largo del siglo XX.
Resolver añejas y complejas problemáticas en contextos en los que la confrontación ha sido el elemento fundamental durante décadas, conlleva trabajo, estrategia y acciones de corto, mediano y largo plazo para construir el Estado de Bienestar que todos los actores de este país reclaman. En esa tarea debemos empeñar nuestra acción en su conjunto. La historia nos llama ¡Ni un paso atrás! •