Admiradores de Vicente Fernández rindieron anoche un homenaje a su ídolo en Garibaldi.

Entre lágrimas y canciones al son del mariachi, parroquianos en varios merenderos de la plaza cantaron El rey, Hermoso cariño, Volver volver, Acá entre nos y Mujeres divinas.

Poco a poco la gente se congregó en el Tenampa, uno de los establecimientos de mayor tradición en Garibaldi, y en cuyas paredes están en murales otros ídolos populares como José Alfredo Jimenez, Pedro Infante, Amalia Mendoza, Juan Gabriel, Cornelio Reyna y Chavela Vargas.

En algunas mesas el público hizo la vaquita para, entre todos, pagar más tiempo a los mariachis.

¡También de dolor se canta cuando llorar no se puede!, gritó una mujer entre lágrimas.

“Qué le puedo decir, estoy llorando, dijo don Atilano luego de lanzar un grito a todo pulmón y alentar a la gente a echar porras al ídolo fallecido en las primeras horas de este domingo.

Pienso que ha muerto una de las personas más importantes del género, yo no le llamaría del regional mexicano, yo le llamaría ranchero porque, honestamente, con tantos términos que utilizan los jóvenes, regional mexicano no. Chente sabía cantar, actuar y hablarle a esto que somos nosotros, que somos el pueblo a todos los niveles, comentó, a su vez, Miriam, mientras hacía fila frente al Tenampa.

“Y dónde está toda esa gente que llenaba palenques de verdad. México hoy pierde a uno de sus grandes, y el cielo se llena de gloria porque para allá se va nuestro Chente. Para mí, la canción De siete a nueve era mi favorita”, comentó.

Por la muerte de Chente se esperaba más gente, dijo el dependiente del restaurante Pasillo Tropicana, donde comensales pidieron una ronda en honor al ídolo, mientras a coro cantaban No me sé rajar.

Anoche los mariachis no callaron y en medio de la larga crisis por la pandemia de Covid, estuvieron muy solicitados, aunque se prevé que más gente llegue este lunes si alguien se anima a rendirle un homenaje aquí, en Garibaldi.