Al igual que las desigualdades que atraviesan todos los días nuestras realidades, en el universo de la comunicación existe una batalla por las narrativas y los sentidos. No todas las voces ocupan el mismo espacio. Hay narrativas que cuestionan y otras que repiten las historias dominantes, hay relatos que dignifican y otros que anulan voces.
Estamos convencidas de que la manera en que contamos nuestras historias tiene efectos en nuestra capacidad de “habitarlas”. Se trata entonces de una labor política: la de narrarnos y favorecer historias desde la dignidad.
Con esa premisa, entre 2019 y 2020, La Sandía Digital, una organización feminista de producción audiovisual colaborativa, formación y comunicación estratégica, realizamos el largometraje documental “La energía de los pueblos”. Este documental es el encuentro de quienes, además de resistir y defender sus territorios, están construyendo proyectos de vida en colectivo, articulando la energía con muchos otros aspectos de la vida: el agua, la alimentación, la salud, entre otros.
En México y Guatemala, la producción de energía se realiza en detrimento de los pueblos a través de privatizaciones, del despojo de bienes naturales y de las imposiciones violentas de centrales para satisfacer una creciente demanda industrial. Frente a megaproyectos que amenazan sus territorios y formas de vida, comunidades rurales y urbanas en lucha por una vida digna hicieron la apuesta de producir su propia energía eléctrica.
La experiencias comunitarias de la aldea Unión 31 de Mayo, en Guatemala, de la Organización Popular Francisco Villa de Izquierda Independiente, en Iztapalapa en la Ciudad de México, y de las cooperativas indígenas de la Sierra Norte de Puebla, nos muestran, desde diferentes aspectos, que se puede pensar la energía para dignificar la vida, para el bien común y el cuidado de los territorios.
Este documental se realizó gracias a una valiosa colaboración entre colectivos, organizaciones y movimientos de defensa del territorio; recoge las voces y reflexiones de quienes a diario construyen estas alternativas y se apoya en los trabajos de investigación del colectivo Geocomunes, la Cooperativa Onergia y de la oficina en México de la Rosa Luxemburg Stiftung.
Vemos el documental como una oportunidad para abonar a la escasa discusión pública sobre energía desde una visión que ponga lo social y ambiental en el centro, en otras palabras: la vida. Nuestra intención es finalmente visibilizar experiencias que inspiren esperanza.
Por lo que en 2020 nace la campaña de impacto “Luces de las resistencias”, con la que buscamos discutir el sentido de la transición energética desde el campo popular, y visibilizar alternativas energéticas sostenibles, justas y solidarias.
Consideramos vital y urgente sacar la discusión alrededor de la energía de los círculos de expertos técnicos y las altas esferas políticas, y debatir colectivamente sobre las siguientes preguntas: ¿Energía, para qué? ¿Energía, para quién? ¿Energía, cómo?
Somos parte de la campaña Articulación Yucatan (Yucatán), Corason Coordinadora Regional de Acción Solidaria en Defensa del Territorio Huasteca-Totonacapan (Veracruz), Educa AC (Oaxaca), Asamblea de Pueblos del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio (Istmo, Oaxaca), Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y Agua (Morelos, Puebla, Tlaxcala), Cooperativa Onergia (Puebla), Hotel Taselotzin (Cuetzalan), Cooperativa Tonalzin (Cuetzalan), Oficina en México de la Rosa Luxemburg Stiftung, Colectivo Geocomunes, La Sandia Digital, Organzación Popular Francisco Villa de Izquierda Independiente, Hic-AL, Colectivo MadreSelva (Guatemala) y Consejo de los Pueblos Mayas - CPO (Guatemala)
En estos meses hemos palpado la potencia de la diversidad de movimientos y organizaciones que somos parte de la campaña, que nos permite profundizar el análisis desde diversas miradas, lo cual es muy pertinente frente al tema que nos enfrentamos.
Para difundir el documental en otras coordenadas realizamos el subtitulaje al inglés, francés, italiano, así como el doblaje en tres lenguas indígenas, náhuatl, totonaku y maya qeq’chi. Y hemos participado en los festivales de FECIBA, GECO, RenewablesTV Awards, CINE SUMA PAZ, FINCALI, FICAA y CinemaPlaneta.
El mensaje que queremos compartir es que la energía debe de ser un derecho y un bien común, que urge pensar una transición energética popular y justa donde pensemos en decrecimiento, democratización, descentralización y en desfosilización. Sí es posible construir alternativas energéticas comunitarias, locales, democráticas, justas, sustentables. Con la participación de las mujeres y jóvenes en los diferentes aspectos del proyecto: técnicos, de gestión, en las decisiones políticas.
Cambiar el modelo energético es también cambiar el modelo económico y social para generar nuevas relaciones sociales congruentes con los derechos humanos y con los derechos de la naturaleza. Los y las invitamos a seguir las actividades de la campaña por nuestras redes sociales. •