El proceso de redistribución de los 300 distritos electorales federales rumbo a los comicios de 2024 se basa exclusivamente en la evolución demográfica del país entre los censos de 2010 y 2020, a partir de lo cual se determinó que en 12 entidades habrá modificaciones. Ante los cuestionamientos de Morena sobre posible manipulación del Instituto Nacional Electoral en los cambios, el consejero Ciro Murayama sostuvo que se derivan del peso poblacional de cada estado.

En redes sociales, Murayama presentó los datos derivados del último censo poblacional que sustenta la propuesta en la que las entidades con mayor impacto serían la Ciudad de México y Nuevo León. La primera, que perderá dos distritos para los próximos comicios presidenciales para ubicarse en 22, perdió población en la última década, en tanto que Nuevo León pasará de 12 a 14.

En el reporte del consejero, la Ciudad de México pasó de tener 8 millones 851 mil 080 residentes en 2010, lo que representaba 7.9 por ciento de la población nacional, a 9 millones 209 mil 944 en 2020 –358 mil 864 más–, pero que en la dinámica demográfica implicó una reducción proporcional, pues ahora sólo representa 7.3 por ciento de los habitantes.

En contrapartida, Nuevo León obtendrá dos distritos más derivado de su incremento proporcional de la población en relación con la totalidad nacional. En 2010, tenía 4 millones 653 mil 458, es decir, 4.1 por ciento, y en 2020 subió a 5 millones 784 mil 442, o sea, un millón 130 mil 984 habitantes más, que ahora representa 4.6 por ciento del total nacional.

Baja California, Coahuila, Puebla, Querétaro y Yucatán aumentarán un distrito, en tanto que Guerrero, estado de México, Michoacán, Querétaro, Tamaulipas y Veracruz perderán uno.