Hace siete años, la poeta y ensayista estadunidense Anne Boyer (Topeka, Kansas, 1973) fue diagnosticada con un cáncer de mama triple negativo de pronóstico grave que requirió de un tratamiento muy agresivo. Cuando aún estaba en terapia de recuperación decidió contar su experiencia en el libro Desmorir: Una reflexión sobre la enfermedad en un mundo capitalista (Sexto Piso/Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Cuajimalpa, 2021), por varias razones.

Primero, por una deuda de gratitud con sus amigos y las demás personas que la cuidaron durante su enfermedad, y segundo, por su enojo. Estaba enojada, no sólo por haber tenido cáncer, sino por la manera en que lo padecemos en un mundo organizado bajo el capitalismo y el patriarcado, que es miserable. Es una manera que te da vida, te puede proporcionar sobrevivencia; sin embargo, conlleva mucho sufrimiento y alienación, cuando no tiene que ser así, expresa Boyer en entrevista.

Desmorir no es nada más la memoria de la experiencia de una mujer, sino que también revisa la forma en que los sistemas históricos, oficiales, económicos y políticos tratan el cáncer, la enfermedad y el trauma en el mundo contemporáneo. Es personal y no; en 2020 recibió el premio Pulitzer de no ficción.

Boyer, madre soltera habituada a vivir al día, tardó cinco años en escribir el libro: Fue increíblemente difícil porque estaba en tratamiento de recuperación; además, el que recibí me incapacitó. Tenía que aprender cómo vivir de nuevo como persona, además de lidiar con el dolor y las condiciones médicas-económicas, al mismo tiempo que intentaba escribir un libro muy difícil acerca de una experiencia igual.

Hubo momentos en que Boyer consideró imposible seguir adelante, ya que cada vez que abría el manuscrito veía una especie de desesperación ante mí al enfrentar el problema. Al final, el libro empezó a adquirir forma en cuanto me fue posible emplear mi propio lenguaje: la poesía y la experimentación, como una manera de sujetarlo a mis contenidos.

Como creadora, Boyer siempre escribe poesía, porque ésta “lo es todo. Es el todo que siempre está allí para mí. En Desmorir hay pasajes que dan la impresión de que los escribió un poeta”.

Otras experiencias

A lo largo de la historia ha habido una nutrida lista de escritoras que han padecido cáncer y han escrito sobre la enfermedad. La entrevistada se refiere a esto en su libro: En mi calidad de lectora apasionada, fui a la biblioteca a buscar literatura sobre la enfermedad. Tuve la idea de que me gustaría tener un libro mío en los estantes junto a otros escritos por personas como Virgina Woolf, Audre Lorde y Susan Sontag, cosa que en ese momento juzgué imposible.

Respecto a los libros encontrados, Boyer señala que cada uno encierra su propia belleza y valor. Sin embargo, lo que no hallé fue un relato de estar enferma en un mundo inundado de datos e información en pantallas. Entonces, vi la necesidad de escribir acerca de lo que se siente estar enferma inmersa en el mundo del sueño de la información.

–¿Qué le dejó la experiencia de escribir Desmorir?

–Me transformó en la medida en que los desafíos a los que me había enfrentado hasta entonces se expandieron más allá de lo que creía posible, en el sentido de que tal vez algunas de mis preocupaciones anteriores parecían insignificantes. En cambio, me di cuenta de la importancia de la literatura en el contexto de la vida y la muerte.

Nuestros tiempos pueden ser la cosa más importante en el mundo y eso, tal vez, me despejó como escritora. Caí en la cuenta de que ningún otro medio pudo haber contado mi experiencia, ni el cine ni la televisión ni un podcast. Hay algo en la literatura que no se puede hacer de otra manera.

Actualmente, Boyer trabaja en una novela acerca de su juventud en los años 90 y el rock. Un segundo libro pretende ser un recuento de lo que ha significado estar en Estados Unidos durante la pandemia de Covid-19 y sentir que el imperio colapsa, así como la manera en que todo el mundo responde a esta ansiedad.