Recuerdos Profundos (CLVII) 10
n la introducción de Mis Veinte Años de Torero el libro íntimo del gran don Rodolfo Gaona, explica cómo él surgió y por qué le aconsejaron que escribiera sus experiencias en los ruedos y él afirmó no ser escritor. No importa, los artistas privilegiados, los que han conquistado la ansiada celebridad y tienen la fortuna de ser populares, se deben a sus admiradores y a sus enemigos también. Nada de lo que les ocurra aun en la intimidad es indiferente. El público que los aplaude quiere conocerlos íntimamente, hasta en el pensamiento
.
Gaona responde que eso de escribir un libro es más difícil que lidiar un Miura con cinco años gatos en la tripa
. Quirós (6) El torero de extracción humilde se aterroriza ante la hoja en blanco, tiene miedo de no estar lo suficientemente preparado para lograr trasmitir sus experiencias y sus recuerdos a algún periodista o escritor que les da forma y los convierte en una biografía, que es casi autografía. Y así quedó planeado el libro íntimo de Gaona. Está inspirado por El Califa de León, pero es Monosabio
quien lo redacta y quien le da forma y a lo que el Indio piensa”. (Quirós).
Los toreros son artistas, gente profunda, que “necesita poder expresar la angustia y el drama interno (Bitar). Es de llamar la atención que ninguno de los toreros que ha escrito lo ha hecho: el toreo compaginando las dos actividades: el toreo y la escritura. Siempre, al terminar una la otra es la continuidad de su actividad en el ruedo y eso se debe a que ambas son desgastantes y muy celosas, requieren de toda la atención y la dedicación de una persona.
El torero ha sufrido tanto en su lucha por llegar a ser alguien en el mundo de los toros que ese sufrimiento lo transforma en el momento de crear una faena y es así que puede dar algo a los espectadores que lo observan. María Cobián sufrió hambre y el abandono de su padre cuando niña, luchando por dejar atrás todo aquello se convierte en La Serranita, todos esos sufrimientos la engrandecen en el momento de enfrentar al toro, llega ahí el instante sublime en el que todo lo que ha sufrido lo ofrece a su público, cuando ella ve que se acerca el momento de dejar los toros tiene que buscar otra manera de seguir dando y expresando todo eso que lleva dentro, es cuando se refugia en la escritura.
Conchita Cintrón, a pesar de tener una familia unida y sin carencias materiales, sufre al no poder llevar una adolescencia normal, sufre también por ese estricto control al que la somete Ruy da Camara para que pueda llegar a destacar en los ruedos, ese sacrificio y el sufrimiento que conlleva, la redimen y le dan un poder para penetrar en el espíritu de la gente por medio de su arte, primero del toro y después el de la escritura. Enfrentar y hablar con la muerte cada tarde de toros que quiere transmitir, en el momento que la muerte enmudece y se le termina su ciclo en la Fiesta. Conchita tiene que buscar en el fondo de su alma y hacer hablar el arte que lleva dentro pero ya sin los trastos ahora utiliza la pluma y el papel.
Son varios los casos de los toreros que tratan de serlo y al retirarse o no lograr consumar su carrera taurina, escogen las bellas artes como manera de expresión. Luis Spota trató de ser torero y terminó dedicándose a escribir. Humberto Peraza también toreó en alguna época y después encontró en la escultura con tema taurino, una manera de trasmitir ese drama y tragedia de la fiesta.
(continuará)
(AAB)