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La difusión real de nuestra música afronta muchas trabas: Mariachi Charanda

Como escuchas, “estamos algo cortos, conocemos muy poco; nos quedamos con Cielito lindo y cosas así”, deplora María Perujo en entrevista con La Jornada

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▲ El Mariachi Charanda se fundó en 1979 con sones huastecos y jarochos. Somos de estilo antiguo, como se toca en Michoacán, Jalisco y Nayarit, refiere María Perujo (izquierda) en entrevista.Foto cortesía de la agrupación
 
Periódico La Jornada
Domingo 25 de julio de 2021, p. 5

El mariachi es mucho más complejo y con más variedades que la expresión moderna de Alejandro Fernández; se requiere más registro sonoro y que desaparezcan muchas trabas para mantener sus formas tradicionales, sostiene María Perujo, quien desde hace 27 años forma parte del Mariachi Charanda, que este domingo desarrollará un concierto alrededor de su disco editado en 2020.

Falta mucho por hacer para que las personas escuchemos mariachi en todas sus versiones y que encontremos el que nos gusta, si los sones o las rancheras. Hubo más difusión con Lucha Reyes y Pedro Infante que actualmente, dice la vocalista a La Jornada.

Menciona que la presentación de hoy, en el Foro del Tejedor, es para celebrar su grabación, la vida, la música y seguir adelante tocando, se iba a realizar el año pasado, poco tiempo después de haber lanzado el disco titulado Mariachi Charanda, y se suspendió por la pandemia.

Emilio Perujo inició la agrupación en 1979, con sones huastecos y jarochos. Empezaban a tocar entre amigos y les gustó; enseguida comenzaron a investigar y fueron descubriendo el son de Jalisco y de Tierra Caliente, del Occidente del país, refiere Perujo.

El Mariachi Charanda está integrado por su director, Emilio Perujo, y sus hijas, María y Emilia; así como José Luis Perujo, Carlos Carral, Javier Lassard y Sergio Méndez. Está vinculado con el investigador del mariachi Jesús Jáuregui y con Jesús Echevarría, compositor de música actual con fundamentos tradicionales.

Somos un mariachi estilo antiguo, porque regresa al origen del que conocemos actualmente y tiene trompeta. El nuestro son puras cuerdas. Es más como se toca en zonas de Michoacán, Jalisco y Nayarit pero casi no se conoce en la Ciudad de México. Es un poco por el placer y que la gente nos conozca, nuestras raíces y lo que nos forma, explica María Perujo.

Este año se cumple una década de que el mariachi se agregó a la lista de patrimonio cultural inmaterial de la humanidad de la Organización de Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura.

Perujo dice que cuando se enteraron de la inclusión en el listado les costó entender qué significaba, pues el mariachi es tan diverso y la música mexicana es súper rica y conocida en todo el mundo; valiosa y compleja. Es parte de nuestro arraigo al país.

En esta década, continúa la también ilustradora, “el mariachi ha crecido mucho, en especial el moderno, el de trompeta, que ya desde el siglo de oro del cine mexicano todos queremos y nos identifica.

El tradicional o sin trompetas, en la zona de Michoacán, Jalisco y Nayarit, hay muchísimos mariacheros muy jóvenes, empiezan desde los 12 años; hay escuelas de mariachi, te enseñan también a zapatear en tabla mientras tocan. Ha crecido el gusto y el orgullo por esta música que es tan importante.

Añade que “el Instituto Nacional de Antropología e Historia hace muchos discos y grabaciones y rescata música que no está grabada para poder tenerla, e igual para la Fonoteca Nacional, pero para oír seguimos un poco cortos y conocemos muy poca música. Nos quedamos con el Cielito lindo y cosas así”.

Perujo menciona que salvo estaciones como Radio UNAM y la del Politécnico, a veces Canal 11, “hay medios que sí la difunden, pero se quedan en la parte intelectual, en ese sector que ya conoce el mariachi. Hay que llevarlo a lo popular, para que no se quede en ‘mi abuelita me cantaba esta canción’”.

Para la realización del álbum, “nos costó mucho la parte de derechos de autor, porque mucho de lo que tocamos es de dominio publico, pero hay versiones registradas, para definir qué se puede tocar para comercializarlo y esté en los medios. Dos años para poder sacar todo lo de los derechos y saber qué se podía y qué no.

Hay muchos líos para lograr la difusión real de la música. Acaban grabando composiciones nuevas, que también está padre que se haga música de mariachi nueva, pero se va perdiendo lo anterior. Hace falta que no haya tantas trabas para poder tocarla y oírla.

El disco reúne 15 piezas, la mayoría sones de Michoacán y Jalisco. Tiene tres canciones rancheras, dos popularizadas por Lucha Reyes: El herradero y La tequilera. También están La pulquería y Tierra mestiza, de Gerardo Tamez, que, aunque no es tan antigua, creemos que sí es un icono de la identidad musical de México, explica Perujo.

“La canción Los marineritos es muy especial para nosotros, porque fue grabada en 1995; es la única que no grabamos en el estudio recientemente, como tributo a un integrante del mariachi a quien mataron hace 20 años”.