"La Jornada del Campo"
Número 166 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Lloviendo sobre mojado: Pandemia y trabajo agrícola

Sinaloa

¿La población jornalera es un sector indispensable frente a la pandemia por COVID-19?

Corte de calabaza.  Celso Ortiz MarínCorte de calabaza. Celso Ortiz Marín
Celso Ortiz Marín Universidad Autónoma Indígena de México, miembro de la Red Nacional de Jornaleros y Jornaleras Agrícolas

A pesar de la pandemia por el COVID-19, la agricultura sigue siendo un sector importante para la economía de México, y el estado de Sinaloa uno de los principales productores de hortalizas para la exportación. Morales (2020) en El Economista retomando datos de la Secretaría de Agricultura menciona que para el semestre enero-junio 2020, la balanza comercial de productos agroalimentarios de México registró un incremento al primer semestre de este año de 19%, lo que equivale a un superávit récord para el periodo de referencia de 7,462 millones de dólares. Los productos agroalimentarios mexicanos con mayor demanda en los mercados internacionales son la cereza, con ventas por más de 2,000 millones de dólares al primer semestre del año; aguacate, 1,805 millones de dólares; tomate, 1,398 millones de dólares; tequila y mezcal, 1,042 millones de dólares; azúcar y confitería, 949 millones de dólares, y pimientos y chiles, 873 millones de dólares.

Michoacán y Jalisco son fuertes contendientes de Sinaloa en producción agrícola, teniendo a las berries y el aguacate como sus principales productos; no obstante Sinaloa es el principal exportador de tomates, que representa una tercera parte de la producción en México, situación que es reconocida a nivel nacional e internacional; además de ser líderes en chiles, pepinos y calabazas (Rizo, 2019). Los municipios de Ahome, Sinaloa, Guasave, Culiacán y Navolato concentran 75% de la producción estatal. Para el 2020, Sinaloa a pesar de la pandemia por COVID-19 cerró sus exportaciones en 3,993 millones de dólares (hay un aumento de 1.5% con respecto al año 2019) en diferentes productos. En lo referente al sector de la agroindustria creció 4.6% respecto al año anterior con poco más de 243 millones de dólares, por su parte el sector agroalimentario decreció 5.4% con mil 250 millones de dólares en diferentes productos. Estados Unidos se mantiene como el destino número uno de las exportaciones de Sinaloa, los productos que se exportan principalmente son tomates, chile bell, mangos, frutas procesadas, garbanzos y pepinos (El Debate, febrero 2021).

No obstante, cabe preguntarse ¿la población jornalera es indispensable para la agricultura de exportación sinaloense? Sinaloa requiere una gran cantidad de mano de obra para la cosecha, que a veces oscila entre 150 y 200 mil personas, pero debido a la COVID-19 se implementó cuarentena, pero ésta se ha ido aplazando más de un año y se implementa dependiendo el semáforo epidemiológico que ha establecido la Secretaria de Salud. Sin embargo, en una sociedad marcada por la desigualdad socioeconómica existen sectores de la población que no pueden guardar confinamiento, como es el caso de la población jornalera -que al igual que los trabajadores de la salud son indispensables- pero a pesar de que laboran en actividades esenciales se encuentran en precariedad laboral, sin prestaciones laborales ni seguridad social y trabajan muchas veces sin alguna medida sanitaria preventiva. Los jornaleros agrícolas son uno de los sectores de mayor riesgo de contagio de COVID-19, si le agregamos que la mayoría es indígena, con antecedentes de desnutrición y, desde luego, pobreza.

No existen cifras oficiales sobre fallecimiento de la población jornalera en Sinaloa por Covid-19, ya que muchos de ellos son contratados al día, mediante la intermediación de “camioneteros “ o “autobuses” que se estacionan todas las mañanas en las plazuelas o a las orillas de los asentamientos que han surgido en los últimos años alrededor de los campos agrícolas, donde la forma de contratación es “saliendo pagando” y esta forma de contratación desdibuja toda relación laboral con los patrones, y conlleva la falta de acceso a la seguridad social. En estos días de pandemia, muchos trabajadores agrícolas han enfermado, pero no han sido atendidos por ninguna institución del sistema de salud, y muchas veces mueren en sus cuarterías y los certificados médicos solo reportan “neumonía no especificada” o “insuficiencia respiratoria aguda”, como fue el caso de una mujer nahua del sur de Veracruz, que falleció y dejó en el desamparo a dos niños. •