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Muchos empezaron a causa del cierre de escuelas

Crisis sanitaria agrava condición de niños trabajadores en México

Los que ya laboraban, en riesgo de hacerlo más horas o en peor situación: OIT

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▲ De acuerdo con datos del Inegi, hay en el país 2 millones de infantes en el mercado laboral.Foto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Domingo 4 de abril de 2021, p. 11

Alejandro, de 15 años, comenzó a trabajar cuando se suspendieron las clases por la pandemia de Covid-19. Vende pan en un triciclo. Fue lo único que encontró porque no me daban trabajo en ningún lugar por mi edad. No sabe si regresará a la escuela porque mi papá perdió su empleo y mi mamá murió por el virus.

Su jornada laboral inicia a las 5 de la mañana para poder ir por el pan. Posteriormente se traslada en el triciclo a la colonia Roma para situarse a las afueras de un hospital. Reconoce que ha enfrentado riesgos porque a esas horas está aún oscuro y los carros no me ven.

Por las tardes, cuenta, repasa algunos apuntes escolares y lee algún libro; no obstante, se encuentra en la incertidumbre de no saber si regresará a estudiar. Con la pérdida de su madre, durante la última semana de enero, por Covid-19, su papá se enferma con más frecuencia y ahora lo tengo que cuidar y apoyar con los gastos de la casa.

Este niño es uno de los miles que engrosan las filas del trabajo infantil en México, que tanto la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) registraron en 2 millones de niños y adolescentes, que equivale a 7.1 por ciento de los más de 29 millones de menores de 5 a 17 años del país.

Otro caso es el de Ricardo, de 9 años, que comenzó a trabajar poco más de un año antes de la pandemia. En un crucero al sur de la Ciudad de México, labora en promedio siete horas limpiando los parabrisas de los autos. Las monedas que la gente le da las entrega a sus padres para comprar comida.

Comenta que en el cuarto año de primaria ya no pudo estudiar porque no tenían (sus padres) para comprarme los útiles y tampoco podía hacer las tareas. No me daba tiempo (por irse a trabajar).

Karen, adolescente de 16 años, dice que terminó de estudiar la secundaria y me metí a trabajar para ayudar a mis abuelos porque ellos ya no pueden (laborar). Se empleó en un restaurante de lava loza donde el dueño le ofreció ese puesto para no meterse en problemas con alguna autoridad laboral.

Platica que recibía entre 750 y mil pesos a la semana, pero con la pandemia cerró el lugar y en ocasiones tuve que salir a pedir alguna moneda a los automovilistas.

En 2018, la OIT indicó que en las dos últimas décadas hubo una disminución del trabajo infantil en 94 millones a nivel mundial; sin embargo, este progreso podría verse amenazado. Los problemas económicos, la merma en los ingresos de las familias y el cierre de escuelas a causa de la pandemia han acentuado el problema.

Los niños que ya trabajan podrían tener que hacerlo durante más horas o en peores condiciones, lo que causaría un daño significativo a su salud y a su seguridad, indica un informe de la OIT.