Desafortunadamente, una de las principales limitantes para continuar con la lactancia ha sido y es la reincorporación de las mujeres a nuestras actividades laborales. Un factor primordial es la duración de las licencias de maternidad, ya que en México, de acuerdo con la Ley del Seguro Social, las mujeres sólo contamos con 84 días para poder estar de tiempo completo en nuestros hogares con nuestros bebés.
A pesar de que muchas mujeres quieran continuar con su lactancia, el tener que regresar a sus trabajos remunerados trae consigo muchos retos, y es ahí donde las recomendaciones y la realidad que enfrentamos las mujeres comienzan a complicarse, sobre todo, cuando no se tiene acceso a la información adecuada ni se cuenta con una red de apoyo para enfrentar todo lo que está por venir.
Uno de los primeros retos es la falta de acceso a información apropiada sobre técnicas de extracción y conservación de la leche materna. Puede parecer sencillo, pero la realidad es que hasta que te enfrentas a esta situación es cuando te das cuenta de que hay demasiadas dudas y que si no se dispone de la asesoría adecuada muchas mujeres pueden dejar de dar pecho.
Incluso, aunque algunas superen esta barrera inicial y tengan toda la disposición para extraerse leche, tampoco llegan a lograrlo porque en sus lugares de trabajo no existen los espacios adecuados para extraer o conservar su leche. Tan es así, que muchas mujeres han llegado a extraerse leche en el baño, a pesar de que las condiciones higiénicas no son las convenientes.
Además, la leche extraída puede perder su calidad si en sus espacios laborales no hay un refrigerador para conservarla y, por si fuera poco, muchos empleadores no respetan la hora de lactancia a la que todas las mujeres tenemos derecho durante los primeros seis meses, al no permitir que tengamos descansos para poder extraernos la leche o no reducir una hora nuestra jornada laboral con goce de sueldo íntegro.
Si bien la leche puede extraerse de forma manual, es un hecho que contar con los equipos adecuados para extracción juega un papel importante, dado que el tiempo que se invierte es menor al utilizar extractores manuales eléctricos; sin embargo, no muchas mujeres pueden tener acceso a éstos porque representan un gasto extra. Incluso, hasta el tipo de ropa que se utiliza influye, pues la ropa de lactancia que facilita la extracción no resulta asequible para numerosas mujeres.
Otra de las limitantes que enfrentan es que la guardería no acepte leche materna o que no siga una técnica apropiada para calentarla, lo cual compromete significativamente la calidad de la leche que recibirán los bebés. Además, en algunas ocasiones y por diversos motivos, los bebés rechazan el biberón, taza, cuchara o cualquier otro tipo de utensilio en el que se les ofrece la leche materna, lo cual nos pone en aprietos para tratar de encontrar la manera de que no se queden sin comer. Una vez más, el no contar con la información adecuada o carecer de los recursos para comprar otros utensilios, puede ocasionar que se comiencen a introducir los alimentos complementarios a más temprana edad, desplazando la leche materna.
Continuar con la lactancia materna al regresar a nuestras actividades laborales remuneradas no es tarea fácil. Sería muy equivocado responsabilizar a las mujeres si no se consideran todos estos determinantes sociales, políticos y económicos involucrados.
Es urgente un cambio en nuestra legislación para establecer un periodo de maternidad más extenso y tener descansos laborales de mayor duración para ir a alimentar a nuestros bebés o para extraernos leche; disponer de espacios adecuados en los lugares de trabajo para extraer y conservar nuestra leche; gozar de acceso a guarderías promotoras de la lactancia; formar una red de apoyo que nos brinde información de calidad y muchos otros determinantes más que cada una de nosotras enfrentará de manera particular, pero que adquieren una gran influencia para que podamos continuar alimentando a nuestras hijas e hijos, con la única sustancia invaluable que incluso ha sido considerada oro líquido: la leche materna. •