Debe resultar extraño ver a un boxeador agazapado entre la naturaleza, huyendo de la policía como si fuera un bandido. Todo para poder entrenar al aire libre. Óscar Valdez, ex campeón mundial y retador al cinturón superpluma, se prepara así, de manera furtiva por las restricciones sanitarias por la pandemia, pero con la convicción de que es la única forma para encarar uno de los combates que más ha anhelado en su carrera.

El 20 de febrero enfrentará al campeón del mundo en peso superpluma por el CMB, Miguel Berchelt. El combate estaba planeado para principios de 2020, pero la pandemia lo impidió. En diciembre iba a reponerse, pero el monarca se contagió de Covid y no pudo cumplir con la fecha.

Son momentos difíciles para todos, aclara Valdez; mi campamento no ha sido fácil. Lo más complicado es que en Guadalajara estamos en alerta roja y así es difícil correr en lugares abiertos, tengo que estar huyendo de la policía, porque no está permitido.

Hay un anhelo muy honesto en Valdez por alcanzar a los boxeadores que se instalaron en la memoria de la afición. Por eso siente una responsabilidad enorme por cumplir las expectativas históricas que despiertan los combates de mexicanos en Estados Unidos.

He visto las grandes contiendas de los mexicanos y yo quería una como esas, comenta; no importa el precio por enfrentar una guerra así, estoy dispuesto a pagarlo. He visualizado la pelea de varias formas, con boxeo inteligente y muy técnico, o enfurecido con mucho intercambio; en todos los escenarios de mi mente me veo como triunfador.