Jueves 21 de enero de 2021, p. 6
Más que rescatar o reivindicar a Leona Vicario (1773-1829), hay que descubrirla
, afirma el historiador y escritor Alejandro Rosas, autor de un ensayo biográfico sobre esa prócer de la patria que acaba de ser publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) en su serie Vientos del Pueblo.
“Tenemos que conocerla por vez primera, pues, aunque hay una extensa biografía de Genaro García –de principios del siglo XX–, un par de novelas y otros trabajos escritos a lo largo del tiempo, la idea básica es que sólo fue la esposa de Andrés Quintana Roo”, explica.
No tenemos en el imaginario lo que fue y lo que hizo, en contraposición con Josefa Ortiz de Domínguez, cuya mención remite a la conspiración de Querétaro y los taconazos que dio para avisar que habían sido descubiertos.
Aunque este 2021 no se cumple aniversario o efeméride importante en torno de Leona Vicario, más allá de los 200 años de la consumación de la Independencia de México, a cuya causa contribuyó, para el catedrático universitario e investigador siempre es buen momento para conocer de cerca a personajes que, como ella, no aparecen en la primera línea de nuestra historia.
Nacido en 1969 en la Ciudad de México, Alejandro Rosas resalta que el conocimiento sobre Leona Vicario entre los mexicanos es muy limitado, en términos generales. Sólo se le conoce, dice, porque su nombre aparece en calles, escuelas públicas o lo han escuchado en la ceremonia del Grito de Independencia.
Describe a su libro Leona Vicario, realizado por invitación del FCE, como una obra de divulgación histórica que pretende ofrecer al lector una primera aproximación a quién fue esa insigne mujer y lo que hizo.
Acepta que al comenzar la investigación le resultó incómodo el trabajo, pues pensaba que no tenía esa carne que sí tienen otros personajes
, pero se equivocaba.
Es alguien que daría para una serie, porque es una mujer activa y muy comprometida. No agarró el fusil, pero su vida tiene grandes pasajes, como cuando escapó del convento ayudada por un pequeño co-mando insurgente, para luego andar a salto de mata, huyendo.
Más convicción que amor
El autor precisa que la pretensión de su breve volumen de 34 páginas publicado por el FCE –con ilustraciones de Daniel Silva Páramo y cuyo costo es de 12 pesos– es demostrar que el apoyo de Leona Vicario a la causa independentista fue por convicción política y no por amor, como escribió en algún momento, con mala leche
, Lucas Alamán y a lo cual ella respondió con dignidad e inteligencia.
También la coloca como una hija de la Ilustración, debido a sus lecturas y profundos conocimientos de diversas materias, así como su manera de actuar, que entre otras cosas la llevó a ser periodista y extraordinaria editorialista, aspectos por los que bien podría ser considerada precursora del feminismo en México, si bien el historiador marca su distancia al respecto.
No la consideraría a ella feminista, porque el feminismo fue un movimiento del siglo XX que ha ido evolucionando
, argumenta y detalla que para él fue muy importante descubrir a una mujer que se salía de los parámetros de su época.
“El rol de la mujer de finales del siglo XVIII y principios del XIX era el tradicional: o estaba en el convento para profesar o para casarse, o si era de clase pudiente y privilegiada, como ella, entonces podía esperar un buen partido para casarse; pero, básicamente, todo se reducía a conocer el arte de la vida doméstica.
Y claro que Leona lo tuvo, pero a los 24 años decidió con convicción sumarse al movimiento de Independencia, arriesgar su fortuna, ser perseguida, esconderse, y no le importó sacrificar toda esa posición. Esa parte me gustó mucho, porque queda claro que no se necesita ser alguien que haya nacido con la adversidad a cuestas, pobre, desposeído o explotado, para asumir una causa con convicción y coherencia.