Esto ya se salió de control, lamenta enfermero de la Unidad Citibanamex
Pasó de ocho a 64 camas para terapia intensiva
Lunes 18 de enero de 2021, p. 6
En el mundo extenuante al que se incorporó Erick Cuevas Prado en mayo de 2020 como enfermero del área de cuidados intensivos en la Unidad Temporal Citibanamex, hoy –nueve meses después–, todo pinta peor. Prácticamente esto ya se salió de control
, dice con pesimismo y desazón.
El acelerado crecimiento de casos de Covid-19 que atribuye al poco interés de muchas personas por evitar los contagios
lo lleva a esa conclusión. Y lo ilustra con un hecho incontrovertible: de las ocho camas para terapia intensiva instaladas originalmente en ese centro hospitalario, ahora suman 64, y aun así son insuficientes.
El desaliento del trabajador no se puede ocultar: El actual semáforo rojo no tiene nada que ver con el primero, cuando la gente realmente se cuidaba. Estamos saturados. Ya no somos sólo un centro para cuidar a enfermos en recuperación con el fin de desahogar las camas de otros nosocomios y cuidar a quienes eventualmente se agravarán. Nos hemos convertido en un hospital más con pacientes en todas las fases, de todas las edades y su agravamiento es más rápido, así como numerosos los decesos
.
Erick Cuevas y sus compañeros ya han sido vacunados contra el Covid-19 y el equipo para el funcionamiento en la Unidad Temporal se provee con regularidad. Sin embargo, dice, ya acusan escasez de algunos medicamentos ante el aumento de enfermos.
Antes, en la terapia intensiva los pacientes permanecían una o dos semanas; al estabilizarse y mejorar se les retiraba el tubo y, si la saturación de oxígeno subía, se les pasaba a hospitalización para la fase de observación. Pero hoy ya no. Tenemos pacientes que están ahí adentro más de un mes intubados por la combinación de comorbilidad y Covid-19. Graves
.
Atribuye a la nueva normalidad
la escalada de casos. Yo viajo en transporte público y si antes sentía miedo, ahora es mucho mayor. Si a la gente le pides que use cubrebocas se enoja y te ve con desprecio
.
Desde su experiencia diaria también atribuye la eclosión del fenómeno al desdén de las personas a los primeros síntomas.
Estamos en época de influenza, y como se trata también de un virus respiratorio, con síntomas iniciales parecidos al Covid-19, mucha gente no detecta a tiempo el problema, lo ubica como una gripe común y toman aquello que el médico les dio en algún momento. Piensan que si van al hospital se contagiarán del coronavirus, sin saber que ya lo tienen. De ese modo, empiezan a desaturar, a agravarse y cuando llegan a la clínica ya es demasiado tarde. Así lo veo: se están demorando más que al principio para pedir atención.
Cuevas Prado tiene 32 años. Y está agotado.
En los primeros meses, al salir de la guardia me bastaban pocas horas de sueño para reponerme y hasta continuar con mis estudios de maestría a distancia. Hoy me siento muy cansado, necesito dormir 10 o 12 horas. Y también acuso la soledad. Vivo solo y todos estos meses no he visto a mis padres, a mi novia. Si acaso les llamo por teléfono para contarles lo que está pasando.