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Exigen pago justo por renta de predio

Ejidatarios bloquean mina de manganeso en Hidalgo
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▲ Habitantes de Chipoco, municipio de Tlachinol, Hidalgo, durante una asamblea informativa hace unos días sobre los averías por los residuos tóxicos a los manantiales y un río que pasa por la comunidad entre otros daños ocasionados por la Minera Autlán SA de CV.Foto Juan Ricardo Montoya
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 17 de enero de 2021, p. 22

Tlalchinol, Hgo., Ejidatarios de la comunidad indígena de Chipoco mantienen bloqueados tres accesos de una mina de manganeso explotada tanto de forma subterránea como superficial por la compañía minera Autlán SA de CV, para exigir el pago justo del arrendamiento de un predio de 250 hectáreas tipificado bajo el régimen de bien comunal donde se encuentra la veta.

Los campesinos revelaron que Autlán supuestamente paga al ejido de Chipoco sólo 7 centavos de renta al mes por cada una de las 250 hectáreas donde se ubica la mina, lo cual consideran injusto, por lo que evalúan replantear una nueva cantidad, aún no determinada, pero que tendría que ser superior a 10 pesos mensuales por hectárea.

En una reunión, los ejidatarios demandaron la aplicación de medidas eficaces para reforestar los cerros devastados y eliminar residuos tóxicos vertidos en un río y la reparación de casas dañadas.

Explicaron que desde 1962 la compañía ha dañado el entorno ecológico sin aportar nada al desarrollo de las comunidades, aunado a que en la actualidad no hay un convenio legal para que siga la explotación del manganeso.

Además, exigen a la empresa resarcir lo que han calificado como daños ecológicos producidos por los residuos tóxicos a los manantiales y de un río que pasa por la comunidad. Relataron que en 2014 el Tribunal Unitario Agrario (TUA) 43 de Tampico emitió una sentencia a su favor en la que dejaba sin efecto un supuesto convenio presentado por la minera para seguir con la explotación del recurso. Al final se le otorgó un amparo para que la sentencia quedara sin efecto por lo que el pleito legal aún prosigue.

En una manta colocada a la entrada de la comunidad, la empresa dio a conocer que el TUA otorgó medidas cautelares a su favor para mantener sus operaciones en las 250 hectáreas de tierra comunal en base a un supuesto contrato de ocupación temporal.

En un recorrido realizado por La Jornada por el polígono minero, se constató que los tres accesos están cerrados desde el 1º de diciembre pasado por los ejidatarios para evitar el ingreso tanto de los trabajadores como de maquinaria y camiones de carga.

Tapan tres accesos

Dos entradas fueron obstaculizadas con palos y alambres de púas; el tercero está localizado en el extremo de un túnel correspondiente a la parte de la mina subterránea, la cual fue parcialmente tapada con un montículo de tierra y piedras, y los ejidatarios colocaron maquinaria pesada. Desde ahí se puede observar parte del túnel y las luces de los camiones de carga cuyos conductores se ven obligados a dar la vuelta y salir por el otro extremo.

Los mineros siguen trabajando del otro lado del bloqueo porque esa zona está fuera del polígono. Pero en la parte que es del ejido no pueden entrar a trabajar, dijo uno de los ejidatarios. Para extraer el manganeso se han derribado árboles de varias especies, como el encino amarillo, y los cerros han sido recortados y reducidos en tamaño.

La empresa ha construido pequeños diques o trampas para contener y filtrar las aguas residuales usadas en la extracción del manganeso y evitar que el líquido vaya al río Ixtapala que atraviesa el polígono. Por desgracia el cauce por donde antes nadaban peces se ha contaminado con sedimentos grisáceos por los constantes desbordamientos de las trampas.

En el paraje denominado Xaltezinca, ubicado dentro del terreno, una hectárea de árboles de encino amarillo fue talado en noviembre pasado por un sujeto de nombre Emilio Hernández, que no tenía los permisos y cuya casa se encuentra en ese lugar.

Además, una parte del predio ha sido usada por la empresa para depositar decenas de llantas viejas hasta de dos metros de diámetro, que pertenecieron a las máquinas de alto tonelaje usadas en la actividad minera. Ahí el agua de lluvia se estanca, lo que en tiempo de calor genera la proliferación del mosquito Aedes aegypti transmisor del dengue.

Según los pobladores, a causa de las explosiones de dinamita utilizadas en la mina, los muros de algunas casas, así como de los salones de la vieja telesecundaria de Chipoco tienen grietas. Debido al daño en la estructura de la escuela se tuvo que construir otra en otro sitio.