.finales de octubre, Esteban Moctezuma participó en la Reunión Anual de Industriales 2020, organizada por la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin) en el panel Para una industria 4.0, una educación 4.0. En su intervención afirmó que, una vez regresando a clases, habremos de tener una educación mixta, que va a combinar el futuro inmediato, un modelo multiplataforma que estimule las competencias de la educación 4.0. La SEP y la Comisión de Educación de la Concamin compartimos un compromiso social y académico por la calidad y la excelencia en la educación
. De esta forma, una meta central del salto digital consistiría en desarrollar jóvenes competitivos
y personas de alto rendimiento
. La pleitesía del aún funcionario respecto a los industriales nacionales, así como la condición reiterativa de las competencias digitales
y su vinculación a los mercados de trabajo –que cruza todos los niveles del sistema educativo– abren una sugerente veta de análisis destinada a comprender qué significa la conformación de la SEP 4.0 en el devenir de la Nueva Escuela Mexicana.
Existen múltiples aristas mediante las cuales se puede problematizar la llamada educación 4.0: aprendizaje colaborativo, gamificación del proceso educativo, personalización del aprendizaje, recuperación del discurso de competencias en educación, etcétera; sin embargo, resulta de suma importancia su análisis político y económico, porque la adopción sistemática de tecnologías digitales en el proceso de trabajo docente y el aprendizaje implica también cambios sustanciales en el desempeño cotidiano de los planteles educativos y en su especificidad estructural, así como en el ejercicio de los dispositivos de gestión de las comunidades educativas. Desde sus orígenes y formulación, la idea de educación 4.0 apunta a responder a las necesidades de creación de valor en el seno del capitalismo cognitivo y la expansión de la producción inmaterial. En este nivel de análisis, se requiere tomar en consideración el proyecto en curso que a la luz de la pandemia, sectores dominantes a nivel global han emprendido para resetear las sociedades del mundo con el fin de mejorar el capitalismo.
En 2016, Klaus Schwab publicó La Cuarta Revolución Industrial, un influyente libro sobre los cambios que la transformación tecnológica del siglo XXI, guiada por la in-teligencia artificial, la robótica, el internet de las cosas, etcétera, generaría en las sociedades. Dichas transformaciones en la matriz productiva traerían consigo el desarrollo de nuevos modelos de negocio, e impactarían en la educación y la política; el texto hacía un llamado a llevar a cabo políticas para adaptarse al nuevo entorno de innovación tecnológica y competencia económica. El considerable impacto de dicha obra respondió en gran medida a que Schwab, quien en 1971 fundó el Foro Económico Mundial –organización que aún preside– es un actor clave del posicionamiento y construcción hegemónica en la visión del mundo de los sectores dominantes a nivel global.
Teniendo como escenario la pandemia en curso, el mismo Schwab volvió a situarse en el centro del debate internacional con la publicación de Covid 19: El Gran Reinicio, en colaboración con Thierry Malleret. En dicho trabajo se hace una invitación a aprovechar la oportunidad que ha representado la irrupción del coronavirus para dar un gran reset a la economía y política internacionales y así construir un tipo distinto de capitalismo. Parte de las reflexiones generadas por el libro promueven un replanteamiento del papel social de las corporaciones, las cuales deben ahora dedicarse no exclusivamente a sus negocios, sino a la resolución de problemas comunes en colaboración con gobiernos y sectores de la sociedad civil mediante esquemas de alianza público-privada, iniciativas filantrópicas de fundaciones o la transferencia directa de recursos a organizaciones sin fines de lucro.
Una problemática de urgente atención es la educativa, que incluso, previamente a la pandemia, se encontraba en crisis
, según distintas voces del Foro y el mundo corporativo global. Su principal síntoma –a veces el más relevante– es el desfase entre las habilidades desarrolladas en los sistemas educativos por parte de los estudiantes, y los requerimientos laborales de los mercados de trabajo, lo cual responde a que los sistemas educativos han funcionado bajo el esquema de una revolución industrial previa. Lo anterior ha hecho imperativo, según el foro, que los sistemas educativos se adapten
a la revolución industrial para fomentar el desarrollo económico y el crecimiento empresarial. ¿Cómo hacerlo? La propuesta se encuentra en Escuelas del futuro: definiendo nuevos modelos educativos para la Cuarta Revolución Industrial. La concepción de la escuela como potenciadora de un nuevo ciclo de expansión del capital ha logrado permear más allá del mundo del mercado, al pasar a ser parte del sentido común de autoridades educativas en todo el mundo, incluyendo nuestro país. No resulta fortuito que en la misma reunión mencionada, el titular de la SEP citara informes del foro sobre tecnología, trabajo y habilidades, en su justificación sobre el nuevo giro educativo nacional.
La SEP 4.0 representa un nuevo polo de disputa entre quienes consideran que el principal objetivo de la escolarización es garantizar las condiciones de reproducción del orden social del capital por la vía del de-sarrollo de una fuerza de trabajo hábil, flexible y disciplinada, y aquellos que ven en el proceso educativo la oportunidad para construir sociedades igualitarias, armónicas y prósperas a través del aprovechamiento integral de las fuerzas productivas y las múltiples facetas del genio humano.
¿Qué camino adoptará el salto digital en la Nueva Escuela Mexicana?
* Profesor FFyL/UNAM
Twitter: @MaurroJarquin