En México, la ganadería es uno de los sistemas agropecuarios más importantes para la producción de alimentos y generación de empleo. Diversas estimaciones señalan que existen aproximadamente 5.6 millones de productores que dependen de las actividades agropecuarias en nuestro país, y con la que se sostienen miles de familias campesinas. La ganadería campesina familiar implica casi un 82 % del total de las unidades de producción de ganado en México (CEDRSSA, 2018). En este sentido, la ganadería, es un elemento necesario para fortalecer el crecimiento económico, la seguridad alimentaria y puede contribuir a reducir la pobreza, empoderar y brindar oportunidad de empleo a las mujeres del medio rural.
La gran mayoría de estos pequeños productores se dedican a la ganadería de doble propósito (producción de leche y carne), y lo hacen tratando de reducir los costos al máximo, dependiendo principalmente de forrajes verdes, heno, o residuos de cosecha. Por lo anterior, los niveles de producción son muy limitados, principalmente por la estacionalidad en la producción de forrajes, que dependen principalmente de las lluvias. Durante la época de sequías (marzo a mayo) y parte de otoño e invierno (nov-feb), la cantidad y calidad de la radiación solar se reduce, afectando la fotosíntesis y reduciendo drásticamente la calidad y cantidad de forraje para el ganado.
Por otra parte, el cambio climático ha aumentado la vulnerabilidad de los sistemas ganaderos convencionales. En la actualidad, las áreas de pastoreo están siendo severamente afectadas por inundaciones o sequías prolongadas, lo que aumenta aún más la escasez de forraje y en consecuencia afecta directamente a los ganaderos.
Para enfrentar estas adversidades es necesario desarrollar nuevas alternativas para la ganadería de pequeña escala. En este sentido, y considerando la gran diversidad y potencial de especies arbustivas y arbóreas que tienen las áreas tropicales de México, en la península de Yucatán, se ha venido trabajando con apoyo de The Nature Conservancy México (TNC) y la Universidad Autónoma de Yucatán en la restauración de paisajes ganaderos. La restauración consiste en reconvertir ranchos ganaderos convencionales (ganadería que dependen principalmente de pasturas extensivas en monocultivo, dependientes de insumos externos y con limitada productividad), en ranchos con sistemas silvopastoril, con la integración de recurso locales, poca dependencia de insumos externos y con grandes beneficios ambientales y potencial de generación de alimentos saludables y bajos en emisiones de carbono.
Sistemas silvopastoriles para la producción de leche
Los sistemas silvopastoriles (SSP) son sistemas ganaderos basados en principios agroecológicos que cumplen funciones vitales para la restauración de paisajes ganaderos, incrementar la rentabilidad de la ganadería y ser un factor determinante para evitar el abandono y la migración de las familias. Los SSP son una de las mejores estrategias ampliamente recomendadas por la FAO y el Banco Mundial para incrementar de manera sostenible la producción de leche y carne en los trópicos.
Los SSP, entre sus componentes importantes está la integración de especies arbustivas y arbóreas, lo que mejora las condiciones microclimáticas y genera ambientes más confortables para el mejor desempeño de los animales en pastoreo. Varias de estas especies de plantas leñosas producen una gran cantidad de forraje durante casi todo año. Por ello, el efecto de las sequías o la reducción del fotoperiodo que afecta a los sistemas ganaderos convencionales, en los SSP pasa casi desapercibido. Los árboles, a diferencia de las pasturas tienen raíces más profundas, lo que les confiere mayor resiliencia ante el impacto del cambio climático y la falta de agua, al mismo tiempo protegen a los animales de las altas temperaturas.
Además, los sistemas ganaderos que incorporan árboles y arbustivas tienen mayor oportunidad de reducir los costos de producción. El follaje de los árboles y arbustos, por su naturaleza, es más rico en proteína que cualquier pasto tropical, y su follaje es un buen sustituto de alimento concentrado y uno de los mejores suplementos para la época de sequías.
En relación con la producción de leche, los SSP incrementan considerablemente la producción en comparación a los sistemas convencionales. El Cuadro 1, muestra los resultados (promedio) de varios trabajos que hemos venido realizando a nivel de rancho. Las vacas en pastoreo convencional producen en promedio 2.6 litros leche/hectárea/día, con una producción total (considerando 280 días en producción) de 2 800 litros/hectárea/año. En el caso de animales en sistemas silvopastoriles, una vaca llega a producir 5 litros/día. Considerando que en áreas establecidas o reconvertidas con SSP pueden soportar en promedio 2 vacas/hectárea (aunque en ocasiones podrían soportar hasta 3 animales/hectárea), se duplica la producción por hectárea/año (8 400 litros/hectárea/año). En este sentido, los SSP incrementan la rentabilidad, al producir más a un menor costo. Además, la leche en las comunidades rurales juega un papel importante en las dietas de los niños, ya que aporta hasta el 48% de las necesidades de proteína, calorías y micronutrientes que juegan un papel clave en la protección de su salud.•
Sistema | Época del año (Litros/animal/día) | Litros Promedio | ||
lluvias | nortes | secas | ||
Convencional | 5.0 | 3.0 | 2.0 | 2.6 |
Sistema silvopastoril | 7.0 | 5.0 | 3.0 | 5.0 |
Época del año (Litros/hectárea/año) | Litros Total | |||
Convencional | 1 400 | 840 | 560 | 2 800 |
Sistema silvopastoril | 3 920 | 2 800 | 1 680 | 8 400 |