Martes 1º de diciembre de 2020, p. 5
El caricaturista, dibujante e historiador Gonzalo Rocha (Ciudad de México, 1964), colaborador de La Jornada, fue distinguido con el Premio a la Trayectoria de Caricatura Gabriel Vargas, que otorgan la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y el Museo del Estanquillo, premiación que será transmitida el 9 de diciembre a las 13:30 horas por las plataformas digitales del recinto.
Rocha descubrió su vocación desde temprana edad leyendo la historieta Los Supersabios, de Germán Butze. A los 14 años, antes de terminar la secundaria, se presentó en la revista La Garrapata, donde publicaron sus primeros dibujos. De allí en adelante ha trabajado para varios periódicos y revistas de México y del extranjero, como La Jornada, del cual es fundador.
Ha ganado premios internacionales y publicado varios libros en coautoría e individualmente.
Con más de 40 años de trayectoria, Rocha conversa sobre el trabajo del caricaturista, la crítica, el poder y los políticos.
“En los años que he trabajado me parece que las distintas corrientes de caricatura política son válidas. Siempre ha habido caricaturistas cercanos a las militancia partidaria y, además, en espacios periodísticos. Es el caso de Rius, Naranjo y El Fisgón. Es una manera de trabajar y de desarrollar las ideas políticas o ideológicas que les interesen.
En mi caso me he formado desde el trabajo periodístico y nunca me ha interesado pertenecer a la militancia política. Eso prefiero verlo desde otra distancia. Me preocupa y ocupa la visión crítica, aunque tenga afinidades con un movimiento. No es muy fácil, pero hay que hacerlo
, comenta Rocha.
“Siempre he hecho una crítica genuina, la cual no debe ser malinterpretada, de que los estás atacando o que estás con el adversario. Nace hacer crítica porque uno opina así, a diferencia de otros profesionales que son gatilleros periodísticos o les pagaron para hacerlo.
Los políticos son muy reactivos ante la crítica, les es difícil reconocer un error. El humor es para no tomarnos tan en serio.
Frente al fenómeno de las redes sociales, en las que los usuarios igual hoy caricaturizan a políticos y funcionarios, Rocha consideró que su trabajo “sigue teniendo su razón de ser, como la ha tenido siempre, y es que sea una opinión bien construida, que no sea algo reactivo o espontáneo. La caricatura política es un trabajo que se construye con tiempo. Hacer una buena interpretación de la realidad, un buen análisis con humor.
Me preocupa que las redes sociales nos individualizan mucho. En un periódico trabajamos muchas personas, es una comunidad de gente profesional y el trabajo pasa por ciertos filtros. Las redes sociales son demandantes. Hay que preguntarse si vale más tu opinión como tuitero o tu cartón como caricaturista. Yo quiero pensar que mi cartón es lo importante. No quiero volverme tuitero y luego monero.