Mazapil, Zac., Antes de la pandemia, en los campamentos de la ciudad minera de Peñasquito pernoctaban hasta 4 mil 836 trabajadores, divididos en dos turnos. Sin embargo, por las disposiciones sanitarias hoy sólo duermen aquí 2 mil 418, se informó en un recorrido con funcionarios de Newmont, encabezados por Doris Vega, directora general de relaciones públicas.

Carlos Paredes, administrador del campamento, explicó que las más de mil habitaciones cuentan con cama, radio, televisor, teléfono, aire acondicionado, un pequeño refrigerador y hasta libros. Sesenta están habilitadas exclusivamente para albergar a empleados sospechosos de portar coronavirus.

La política de la estadunidense Newmont para contener el Covid-19 ha sido estricta: todos los trabajadores sin excepción –y los visitantes– son sometidos a una prueba rápida al llegar al complejo o antes de salir del turno.

El médico Jorge Morales, uno de los 60 responsables del Programa Especial de Salud dedicados a mantener el virus fuera de la mina, informó que para la primera semana de noviembre Peñasquito había aplicado unas 50 mil pruebas rápidas entre su personal. Si ese análisis da positivo se aplica un protocolo: los sospechosos son enviados al aislamiento de dos o tres días, hasta que se obtienen los resultados de la prueba de PCR, cuyo análisis lo hace un laboratorio externo de la Universidad Autónoma de Zacatecas. La prueba de secreción de nariz y garganta, explicó, es determinante para detectar Covid-19.

Megamáquinas y megaproducción

Para extraer riqueza del subsuelo, Peñasquito tiene importantes activos físicos, consistentes en equipos especializados y maquinaria diversa. Cuenta con 15 gigantescas máquinas perforadoras (Viper y Flexiroc) utilizadas para horadar el suelo rocoso, donde se introducen las cargas explosivas que permiten fragmentar los yacimientos.

También existen en el complejo 79 enormes camiones, conocidos como yucles marca Komatsu modelo K930, con capacidad para trasladar desde el interior del tajo abierto hasta 330 toneladas de material rocoso. Para cargarlos, Newmont tiene cinco colosales palas mecánicas Caterpillar 495-HR.

Pero una parte importante de estas máquinas no se utilizan actualmente debido a que el personal especializado se quedó en casa porque son personas de grupos de alto riesgo, susceptibles de contraer el virus y morir, por ser mayores de 60 años o porque padecen alguna enfermedad crónica.

Al pie del tajo a cielo abierto, Rafael López Díaz, superintendente de mina, charló sobre la producción del enclave y de cómo la pandemia ha afectado la productividad de Peñasquito.

Hoy, en el tajo semicónico de 460 metros de profundidad y 3.5 kilómetros de diámetro trabajan sólo 67 de los 79 camiones. Las cosas están funcionando bien. Tratamos de cuidar lo más posible a la gente, que es nuestra herramienta principal.

–¿Cuánto material extraen diariamente en la minera Peñasquito?

–Estamos moviendo un rango de 500 mil toneladas cada 24 horas.

No podemos mover más porque no tenemos suficiente mano de obra, pero vamos por buen camino. Es el promedio. Deberíamos mover más, pero nos ha pegado la pandemia profundamente.

Antes de la pandemia, agregó, se movían en Peñasquito alrededor de 550 mil toneladas al día.

López Díaz es optimista, pues la compañía con que trabajábamos, Goldcorp, tiene menos experiencia mundial, apenas 17 años. La minera canadiense extraía en promedio 130 mil toneladas de material al día.

Newmont tiene 100 años de experiencia. ¡Es un mundo de diferencia! El enfoque es hacer crecer esto, sacar el mayor beneficio, beneficiar al empleado, al país, a las comunidades, destacó.

En uno de sus informes publicado en febrero de 2020, Newmont señala que Peñasquito es el siguiente Boddington, en referencia a su mina en Australia, que tiene 2 mil trabajadores y el año pasado produjo 703 mil onzas de oro.

Por ello la trasnacional elaboró un ambicioso plan de trabajo para Peñasquito, consistente en la transformación de las operaciones en el complejo zacatecano, eliminando restricciones, reduciendo costos e incrementando la productividad.

Las ganancias que obtendrá Newmont en Peñasquito durante 2020 sólo por la producción de oro (el corporativo calcula que sumará 575 mil onzas) rondará 23 mil 562 millones 327 mil pesos, tomando en cuenta el precio unitario de la onza de oro, de mil 878 dólares al 30 de octubre pasado, y con el dólar en 21.82 pesos, gracias a que ha logrado mantener a raya al Covid-19.

Adicionalmente, según el reporte del grupo de productores de plata incluido en el informe de la Cámara Minera de México, durante 2019 las compañías obtuvieron 187.8 millones de onzas de plata. De ese total, 8.4 por ciento correspondió a Peñasquito, es decir, 15 millones 775 mil 200 onzas, cuyo valor actual es de 23.51 dólares por onza.

Este año Newmont cuadruplicará esa producción de plata y además procesará centenares de millones de toneladas de plomo y zinc.

¿Cuánto de ese dinero se paga de impuestos? En una oficina del complejo que cuenta con su propio aeropuerto, desde donde en promedio se realizan 180 operaciones al mes, directivos de Newmont explicaron que durante 2019 pagaron al Instituto Mexicano del Seguro Social 335 millones de pesos; al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, 97 millones de pesos; de impuesto sobre la renta, 2 mil millones de pesos; por impuesto sobre la nómina (gravamen estatal), 30 millones de pesos, y al Fondo Minero 212 millones de pesos. En total, 2 mil 649 millones de pesos.