En febrero pasado, la adolescente Ángela Saucedo Elizondo murió en un centro de rehabilitación para personas con problemas de adicciones que operaba de forma irregular en el municipio de Santa Catarina, Nuevo León, donde ella y otras cinco mujeres fueron víctimas de abuso sexual y se les administraron medicamentos no indicados por un especialista.

En conferencia de prensa, la organización civil Documenta y los padres de la joven explicaron que, desde el hallazgo del cuerpo de Ángela, la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León ha realizado una investigación deficiente e incluso alegó que no tenía elementos suficientes para determinar la causa de la muerte de la víctima.

Paulina Ambriz, abogada de Documenta, señaló que la adolescente de 15 años ingresó el 11 de febrero de este año al centro de rehabilitación Jesús, Salva una Vida, dirigido por dos religiosos, y sólo 17 días después se notificó a sus padres que murió por infarto agudo al miocardio, por lo cual inicialmente se consideró que su fallecimiento fue por causas naturales.

Reclasificación del delito

Sin embargo, cuando la familia de la joven comenzó a investigar más y recabó el testimonio de otras personas recluidas en el mismo anexo, descubrió que Ángela y otras jóvenes fueron abusadas sexualmente y medicadas con clonazepam, sin que dicha sustancia hubiera sido indicada por un especialista. En el caso de Ángela, además, se le negó la insulina que necesitaba para controlar la diabetes tipo 1 que sufría.

Por todo ello, la familia exigió a la fiscalía local que reclasifique el delito de homicidio doloso a feminicidio, privación ilegal de la libertad y violación, y realice cuanto antes los exámenes de laboratorio para determinar la causa de la muerte, pues las muestras biológicas del cuerpo están a punto de expirar y los responsables podrían quedar libres por ello.