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“La Bruja forjó a los bailarines modernos”
 
Periódico La Jornada
Jueves 12 de noviembre de 2020, p. 5

El crítico de danza César Delgado Martínez recordó a Guillermina Bravo, fundadora del Ballet Nacional de México y del Colegio Nacional de Danza Contemporánea de Querétaro, como una visionaria que le apostó a la formación de bailarines al crear una escuela con apoyo oficial, pero con independencia en la creación.

Guillermina Bravo prácticamente construyó la danza contemporánea, porque desde la época nacionalista fue la única que logró toda su vida tener una compañía y mantenerse creativa como coreógrafa, ya que mucha gente de su generación no tuvo esa continuidad, explicó Delgado a La Jornada.

Al evocar el trabajo de la llamada con respeto y admiración La bruja de la danza, Delgado sostuvo que Guillermina Bravo es la figura más importante de la danza mexicana del siglo XX, junto con su labor como bailarina, maestra y coreógrafa. Participó en la fundación de la Academia de la Danza Mexicana en 1947, pero vio que había obstáculos al entrar en una institución, así que al siguiente año fundó lo que fue el Ballet Nacional de México, donde principalmente se bailaron sus obras.

En opinión del especialista, Bravo siempre estuvo interesada en la profesionalización de los bailarines, en formarlos como coreógrafos o investigadores.

Recordó: El Ballet Nacional de México fue una de las compañías pioneras en varios sentidos. Guillermina vio, por ejemplo, que no había una técnica para formar los cuerpos de los bailarines, eso durante el periodo nacionalista de la danza, en los años 40 y 50, existe un gran entusiasmo en crear obras; sin embargo, la maestra se da cuenta de que carecen de los medios adecuados para expresarse, que les falta técnica, y en ese momento le apuesta a la formación de los bailarines al introducir en México la técnica Graham. En ese difícil camino de formar a los bailarines y formalizar los estudios de danza, añadió Delgado Martínez, Guillermina Bravo logró la creación en Querétaro del Colegio Nacional de Danza Contemporánea, pero una de las cosas que no consiguió fue la construcción de un teatro para presentar el trabajo de sus bailarines que los impulsaría de manera profesional.

El crítico de Danza comentó también que Guillermina Bravo, quien tuvo como maestros a Nellie y Gloria Campobello y Waldeen “tenía una posición muy clara sobre sus obras, decía que cuando las piezas se dejaban de bailar pertenecían al pasado y no había por qué volverlas a remontar como hacen otras compañías.

“Ella decía que su momento ya había terminado y no tenía razón de ser; sin embargo, remontó para el Canal 11 la obra El paraíso de los ahogados, en la que rompe con lo que se realizaba en la danza mexicana en ese momento nacionalista.”