El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) está en el proceso de revisar los contratos con los diferentes proveedores vigentes (2020), con la finalidad de garantizar que cumplan con todos los requisitos legales. Esto, mientras se restablece el flujo de recursos para cubrir pagos pendientes, los cuales ascienden, de agosto a la fecha, a unos mil 500 millones de pesos, advierte información del organismo.

Ésa es la razón de que empresas dejaron de recibir el pago de facturas e incluso de peticiones de surtimiento de insumos desde el 31 de agosto.

El instituto reconoció que hay muchos proveedores con los que se tienen pagos pendientes debido a documentos faltantes, los cuales debieron presentar a la firma de los contratos. La revisión de cada expediente se lleva a cabo en la Dirección de Finanzas, a cargo del general Jens Pedro Lohmann, quien ocupa el cargo desde el pasado primero de septiembre.

Sustituyó en el cargo a Pedro Zenteno, quien a su vez fue designado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para hacerse cargo de la creación de la empresa pública distribuidora de medicamentos y material de curación.

La semana pasada, la empresa Proarta señaló la deuda por 50 millones de pesos que el Issste no ha cubierto por la compra de batas quirúrgicas desechables (La Jornada 20/10/2020). El director Raúl Navarro señaló que en las oficinas del instituto no le informan nada, ni sobre posibles faltantes en la documentación que presentó para firmar el contrato. Hasta ayer seguía en espera de poder comunicarse con alguno de los titulares de las áreas responsables.

Aunque en el Issste se descarta que exista algún riesgo de desabasto por la suspensión de pagos a los contratistas, trabajadores de diferentes hospitales comentaron que las carencias son parte de la normalidad en el instituto y en las últimas semanas se ha visto cómo bajan los inventarios de diferentes productos sin que se repongan oportunamente.

Debido a la pandemia de Covid-19, el Issste ha erogado alrededor de 2 mil 900 millones de pesos, de los que 800 millones son recursos propios y el resto ha sido aportado por el Instituto de Salud para el Bienestar, indican los datos obtenidos por este diario.

También señalan que las adquisiciones de este año tienen un costo cercano a 5 mil millones de pesos, pero hay la necesidad de revisarlas para prevenir irregularidades como la emisión de facturas falsas y otras, en tanto se normaliza la liberación de los recursos económicos por parte de la Tesorería de la Federación.