ntre literatura y filosofía, Evodio Escalante, de los compiladores: Freja Cervantes, Carlos Oliva Mendoza y Sergio Ugalde, es un homenaje al filósofo, escritor, poeta, crítico literario y maestro de generaciones en la Facultad de Filosofía de la UNAM, y colaborador de este periódico. He seguido los escritos de Evodio principalmente con relación a los seminarios sobre Heidegger que impartió durante años Ricardo Guerra. Grupo en el que participaban Salvador Rocha y Mauricio González, entre otros.

El libro tiene diferentes capítulos; en poesía escriben: Marco Antonio Campos, Alejandro Higashi y Lilia Solórzano Esqueda, así como los mencionados González y Rocha.

Ante y frente a la crítica: Sergio Ugalde, Brenda Ríos, Rodrigo García de la Sienra, Carla Zurián, José María Espinasa, Freja Cervantes Becerril; en filosofías: Aureliano Ortega Esquivel, Alberto Constante y Carlos Oliva Mendoza.

Evodio ha publicado más de una docena de libros y compilaciones que lo convierten en uno de nuestros críticos literarios más señalados: José Revueltas: una literatura del lado moridor, FCE, 2014; La intervención literaria, 1988; Las metáforas de la crítica, 1988; La espuma del cazador: ensayos sobre literatura y política, 1988; José Gorostiza: entre la redención y la catástrofe, 2011; Elevación y caída del estridentismo; La vanguardia extraviada: el poeticismo en la obra de Enrique González Rojo, Eduardo Lizalde y Marco Antonio Montes de Oca, 2003; Metafísica y delirio: el canto a un dios mineral, de Jorge Cuesta, 2011; Las sendas perdidas de Octavio Paz, 2013, y Cinco cumbres de la poesía mexicana, 2017. (Este libro es electrónico, seguramente debido a la pandemia que dificultaba su distribución.)

En varias ocasiones escuché a Evodio hablar sobre Martin Heidegger, y expresar que es junto a la nada como se revela la trascendencia del ser, el dramático impulso hacia el otro, al más allá que no encuentra su meta. Los que buscamos en la metafísica una cura de enfermedad, de actividad lógica al margen del tiempo, vivimos metafísicamente cercados por el tiempo. Se ha hablado del temporalismo y se ha insinuado que en esto consiste verdaderamente el pensamiento de Heidegger. Muy cierto, mas necesita ser precisado: en Heidegger, la multidimensionalidad de la realidad humana fundamental y la experiencia de la estructura aquí y ahora de propio cuerpo el poeta no hace ningún análisis metódico del dasein y de la temporalidad rencontrada en esencia de ese análisis. Heidegger descubre el sentido del ser al ente que llamamos dasein, es la más simple, la temporalidad.

La poesía al final es la celebración de la vida.

En posteriores artículos trataré de descifrar las complejas reflexiones, críticas y filosóficas de este libro que me recuerda, por alguna razón, el mundo de la Facultad de Filosofía y Letras en los años previos al movimiento de 1968. Los escritos en general tienen una crítica constructiva que se recupera en las líneas y entre líneas. Ciertamente, este libro de crítica filosófica es un homenaje al crítico singular que ha sido Evodio Escalante.