la pandemia me amenaza por todos lados
Miércoles 21 de octubre de 2020, p. 27
Montevideo. El ex presidente uruguayo José Mujica, de 85 años, anunció ayer su retiro de la política activa, tras empuñar las armas, pasar por duras condiciones de cárcel e incorporarse luego al sistema político, donde exhibió un tremendo poder de seducción con un mensaje de austeridad y humanidad que caló hondo en el mundo.
Tengo mi buena cantidad de defectos. Soy pasional. Pero en mi jardín hace décadas que no cultivo el odio. Aprendí una dura lección que me puso la vida: el odio termina estupidizando porque nos hace perder objetividad frente a las cosas. El odio es ciego, como el amor, pero el amor es creador y el odio nos destruye
, dijo en un breve discurso de despedida en el Parlamento.
Al presentar la renuncia a su escaño en el Senado, Pepe Mujica declaró: “Me voy porque me está echando la pandemia.
Hay un tiempo para llegar y un tiempo para irse en la vida
, reflexionó. Explicó que la pandemia del Covid-19 determinó su decisión porque ser senador significa hablar con la gente y andar por todos lados. El partido no se juega en las oficinas. Y estoy amenazado por todos lados por doble circunstancia: vejez y una enfermedad crónica. Si mañana aparece una vacuna, no me puedo vacunar
.
Mujica deja así la política activa, aunque aclaró que continuará asesorando a sus correligionarios cada vez que lo convoquen.
Nacido en una zona obrera de Montevideo, trabajó durante su juventud como vendedor de flores para ayudar a la economía familiar tras la temprana muerte de su padre.
Testigo de las luchas obreras de los años 50, Mujica militó en el Partido Nacional para después, inspirado por la revolución cubana, decantarse por la acción armada en un país en democracia.
A mediados de los años 60 se sumó al Movimiento de Liberación Nacional MLN-Tupamaros, que actuó como guerrilla urbana.
Mujica comandó una de las columnas
que integraban el MLN. Una de las acciones más importantes en las que participó fue la toma de Pando
, 35 kilómetros al este de Montevideo, que los tupamaros invadieron el 8 de octubre de 1969.
El episodio se saldó con la muerte de un civil, un oficial de policía, y tres guerrilleros.
Menos de un año más tarde casi pierde la vida en un enfrentamiento con policías. Según versiones, Mujica recibió seis o siete tiros y se salvó de milagro para terminar en prisión, de donde escapó en 1971 junto con otros 110 presos en una de las mayores fugas de la historia, por un túnel preparado meticulosamente, y que fue bautizada como El abuso.
Recapturado en 1972, pasó a integrar la lista los nueve rehenes
de la dictadura, los jefes del MLN a los que los militares sometieron a condiciones de detención especialmente duras, en el contexto de un régimen que torturó brutalmente a los opositores presos.
Con el retorno de la democracia en 1985 salió de prisión tras aprobarse una ley de amnistía para los presos políticos. Mujica fue el encargado de comunicar a los uruguayos que el MLN dejaba las armas.
No acompaño el camino del odio, ni aun hacia aquellos que realizaron bajezas sobre nosotros. El odio no construye
, afirmó entonces.
Consolidó su unión con Lucía Topolanski, actual senadora y quien también integró el MLN, y ambos se instalaron en una chacra (rancho) a media hora del centro de Montevideo.
Bregó por el ingreso del MLN a la coalición de izquierda Frente Amplio (FA) y creó el Movimiento de Participación Popular (MPP), llegando a la Cámara de Representantes en 1994 y al Senado en 1999.
Ministro de Ganadería durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez (2005-2010 y 2015-2020), el peso de Mujica dentro de FA fue creciendo a la par de su caudal electoral, hasta que fue elegido presidente en 2009.
Alejado del protocolo, siguió viviendo en su chacra lejos de los lujos del poder y conduciendo su propio vehículo.
No venimos al planeta para desarrollarnos solamente, así, en general. Venimos para ser felices. Porque la vida es corta y se nos va. Y ningún bien vale como la vida
, manifestó en la cumbre de Río+20 de 2012.
Ahí, Mujica se catapultó hacia el estrellato internacional y su fama no paró de crecer mientras en su país apoyó la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, del aborto y la regulación del mercado de la mariguana.
En Uruguay, su gestión no pudo cumplir su promesa de reformar la educación, cerró la aerolínea de bandera nacional y la petrolera estatal quedó con un agujero sideral en sus finanzas. La economía, en tanto, creció.
Ayer dejó un mensaje a los jóvenes: Triunfar en la vida no es ganar. Triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae
.