El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) presentó a la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) el anteproyecto de las reglas de operación del Fondo de Salud para el Bienestar, el cual mantiene una serie de requisitos para cubrir el pago de tratamientos de enfermedades de alto costo.

Entre otras condiciones, plantea que el padecimiento debe estar en la lista de los males catastróficos reconocidos por el Consejo de Salubridad General, como ha sido desde 2004, cuando entró en operación el Seguro Popular con el entonces Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, el cual cubría el pago de 66 intervenciones médicas, entre ellas el tumor maligno de mama, el cervicouterino, de ovario y de próstata; el infarto agudo al corazón; cáncer en personas menores de 18 años, y VIH/sida.

De igual forma, el anteproyecto plantea que para incluir nuevas intervenciones o ampliar las ya existentes se debe contar con las proyecciones y escenarios de la enfermedad propuesta, el universo de personas por atender, así como el monto estimado requerido para la compra y distribución de medicamentos a fin de entregarlos en especie a los prestadores de servicios, es decir, a las entidades federativas.

El Fondo de Salud para el Bie-nestar fue motivo de disputa en la Cámara de Diputados, pues se pretende incluirlo entre los fideicomisos que desaparecerán. De acuerdo con la información difundida en San Lázaro, se trata de alrededor de 100 mil millones de pesos que también deberían ser administrados de manera directa por la Secretaría de Hacienda.

De este mismo fondo, el gobierno federal dispuso de 40 mil millones de pesos al inicio del año para poner en marcha el plan de atención y de medicamentos gratuitos, pero se redirigió a cubrir las necesidades generadas por la pandemia de Covid-19. De acuerdo con el subsecretario Hugo López-Gatell, ese dinero prácticamente se terminó, aunque los equipos adquiridos y el personal contratado permanecerán para el fortalecimiento de los servicios médicos en el país.

El tema de la posible extinción del fondo quedó pendiente en la Cámara de Diputados y, mientras tanto, el Insabi avanza en el trámite para tener las reglas de operación de esos recursos, con los cuales también prevé financiar programas y proyectos de infraestructura y adquisición de equipos de alta especialidad para la atención de enfermedades de alto costo. También señala que no se autorizará dinero del fondo para acciones relacionadas con tecnologías de la información.