La comparecencia en el Senado del subsecretario de Salud Hugo López-Gatell se suspendió ayer de manera abrupta luego de cuatro horas en que prevalecieron insultos de senadoras del PAN que lo llamaron mentiroso en todo momento, le pidieron que renuncie y armaron un griterío cuando el funcionario respondió que le sorprendía que representantes de una minoría rapaz que gobernó al país los últimos 20 años y lo dejó al borde del colapso pretendieran dar lecciones de moralidad, ética y probidad.

Era la tercera y última intervención del funcionario, quien escuchó los reiterados cuestionamientos sobre el manejo de la pandemia que formularon PAN, PRI y MC. Precisó que valoraba que la mayoría de las fuerzas políticas hubieran expresado de forma ecuánime sus preocupaciones y propuestas, en contraste con una pequeña minoría que repetidamente se ha anclado en verdades a medias, distorsiones o francas mentiras, tanto en los medios de comunicación como en ese foro parlamentario.

Una minoría, resaltó, que representa a gobiernos que casi convierten a México en un Estado fallido por la corrupción rampante, el abuso y la arrogancia.

La panista Martha Márquez se colocó detrás de López-Gatell, y entre festejos de sus compañeras de bancada y la protesta de senadoras de Morena, desplegó una manta enorme con la leyenda Exceso de ineptitud, exceso de soberbia.

El presidente de la Comisión de Salud, el morenista Miguel Ángel Navarro Quintero, quien en varias ocasiones pidió respeto para el funcionario, expuso que no había condiciones para continuar con la reunión y la canceló cuando aún faltaba la última intervención del titular de la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios, (Cofepris), José Ángel Novelo.

Aunque la comparecencia fue conjunta, el PAN enfocó sus ataques contra López-Gatell, quien, de entrada, defendió la estrategia del gobierno federal para enfrentar la pandemia del Covid-19 y dijo que se lograron los objetivos de frenar la intensidad de transmisión del virus, que los hospitales no fueran desbordado y tener una curva plana. No hay manera de refutar ello porque le evidencia es directa, numérica y está sujeta al escrutinio públi-co, sostuvo.

Lo logrado hasta el momento, resaltó, no fue casual, sino gracias a una intervención decidida, a pesar de las graves deficiencias que el actual gobierno encontró en el sistema de salud, con 400 hospitales inservibles y una infraestructura disminuida por la privatización que se dio de 2000 a 2018.

Al hablar a nombre del PAN, Alejandra Reynoso exigió a López Gatell hablar con la verdad y le reprochó el manejo desastroso de la pandemia. Sus cifras no son reales, hay un exceso de mortalidad. Basta de mentiras, le gritó, mientras su compañera de bancada Martha Márquez amenazó al funcionario con seguir presentando denuncias penales en su contra.

Si hoy les gritamos, los insultamos y les faltamos al respeto es porque la mayoría de Morena actúa de igual forma, dijo Márquez.

La ex senadora de Morena y hoy blanquiazul Lilly Téllez fue incluso más allá y lo cuestionó por no hacer más pruebas, lo acusó de ocultar cifras y de que 73 por ciento de los intubados se muere; lo llamó ignorante e incompetente y refiriéndose a él como pequeño virrey del país de las camas vacías y los muertos en casa, se le acercó y le quiso entregar un bastón, porque con su lealtad al Presidente de la República sólo ha dado palos de ciego.

Téllez trató de discutir desde tribuna con la morenista Malú Micher, pero el senador Navarro la llamó al orden y le hizo notar que una cosa es la posición y otra la frustración.

Al final, López-Gatell dejó claro que le enorgullece servir al Presidente de la República y pidió a los panistas dejar la disonancia cognoscitiva y su papel de minoría que, quizá por frustración, no quiere ver la evidencia del manejo de la pandemia.