En la guerra contra las drogas promovida por el prohibicionismo estadunidense México pone los muertos y Estados Unidos los consumidores, lo que resulta inaceptable, enfatizó el titular de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), Gady Zabicky Sirot.

Al dictar la charla virtual Sustancias sicoactivas, siconáuticas y prohibiciones, Zabicky Sirot refirió que el consumo de drogas ha acompañado la historia de la humanidad y por milenios han aparecido registros de su uso para crear estados alterados de conciencia, empeños clarividentes, prácticas medicinales o rituales.

Sin embargo, por la intervención de las grandes potencias –en particular Estados Unidos– y con apoyo de algunos medios de comunicación, se generó una narrativa para exaltar los efectos negativos de estas sustancias sobre los positivos con el fin de avalar el prohibicionismo.

Esto ha conducido a que en México, Centroamérica y algunos países de Asia la batalla contra las drogas se haya convertido en auténtica guerra civil entre pobladores que deja violencia, guerrillas, cárteles y negocios millonarios para la delincuencia y otros sectores.

El titular de la Conadic sostuvo que la mayoría de prisiones en Estados Unidos son un negocio privado y hay estados que pagan por cada persona recluida, a lo que debe sumarse la contratación de empresas de comida, limpieza, transporte y de otros rubros.

Meter a la gente a la cárcel representa un negocio billonario. En Estados Unidos más de 5 por ciento de la población económicamente activa está dedicada a las drogas o al combate a éstas. Por eso es difícil retirar todos lo recursos que tienen que ver con el control de las drogas.

Destacó que 10 por ciento de los presos en el orbe, no sólo de Estados Unidos, son afroestadunidenses acusados de delitos contra la salud. Las grandes potencias mundiales, subrayó, ejercen el control y motivan la guerra contra las drogas mediante proyectos con una carga bélica como el Plan Colombia o la Iniciativa Mérida, o con la emisión de convenciones en el seno de Naciones Unidas.

En el caso de México, Zabicky Sirot aseveró que la situación es compleja debido a su cercanía con Estados Unidos, el consumidor número uno de drogas, pues nuestro país se vuelve el camino casi obligado para muchas sustancias que tienen como destino el territorio estadunidense.