León y Tigres igualan 1-1
Jueves 10 de septiembre de 2020, p. a11
Fue ya en tiempo agregado, pero Cruz Azul consiguió la victoria 1-0 sobre Pachuca en la fecha nueve del torneo Guardianes 2020. Con el resultado, La Máquina recupera el liderato, empatada con América, ambos con 19 puntos.
Los celestes llegaron con la autoestima golpeada por la derrota ante Atlas. Perder la cima en este momento fue duro. No podía dejarse acorralar y empezar un declive que no sólo afectaría moralmente al equipo, sino que también sería carne para los detractores incisivos del conjunto azul: siempre a punto de ganar, siempre perdiéndolo todo.
Pero las cosas no estaban a la altura de las expectativas. Pocas jugadas que prometieran algo más productivo. Mientras buscaban meterse al partido, entonces, llegó una escena dramática. A los 25 minutos, Jorge Hernández, del Pachuca, se lesionó de manera fuerte mientras trataba de bajar una pelota. El ju-gador no hizo sino estirarse y los músculos de su pierna cedieron. Salió en camilla y el impacto emocional tuvo repercusiones en el partido.
Casi al final del primer tiempo árido, Víctor Dávila disparó entre la defensa celeste y Jesús Corona apenas salvó su portería. Al final de ese episodio, el arquero reunió a sus compañeros y les habló con firmeza. Parecían reclamos y consejos, como de un técnico, como de un hermano mayor.
El segundo tiempo no abrió cerrojos. La Máquina insistía, pero no lograba darle precisión al ataque. Al final de la cancha, se estrellaba contra una defensa tuza o contra sus propios titubeos.
Tarde, pero al final un error y una argucia le dieron el gol al Cruz Azul. Fue extraordinario: un saque de meta, una mala intervención de un zaguero tuzo que terminó por asistir al Jonathan Cabecita Rodríguez, quien alcanzó a tocar con la testa para sorprender adelantado al portero y conseguir el tanto de la victoria.
Más temprano, en un partido dinámico, sin desperdicio, León y Tigres se repartieron puntos en un empate 1-1, con soberbias intervenciones de los porteros que impidieron que el marcador fuera más amplio.
León recibió a Tigres con la decisión de no regalar nada. La pelota la peleaban, con la certeza de que cada segundo en los botines regios representa una situación de riesgo. Y ahí estaban las apariciones de André-Pierre Gignac, Edu Vargas o Guido Pizarro, quienes aunque no le hallaban el modo, no dejaban de amenazar con su sola presencia.
Gignac no sólo era la atracción principal, sino también el objeto de todas las miradas de los jugadores de la fiera para marcar en todo momento. El francés, sin embargo, las buscó desde lejos, a balón parado, o barriendo el pasto con el cuerpo. Pero el gol se le negaba.
Había que agregar que Nahuel Guzmán estaba en una tarde inspirada, como acostumbra. Atento y con reflejos asombrosos. Pero la gracia no fue infalible, pues llegó el momento en el que tras una estupenda intervención, apareció un rival implacable.
A punto de terminar el primer tiempo, una gran jugada trabajada de forma colectiva, derivó en un disparo al arco que el portero de Tigres alcanzó a rechazar con el pie. Una salvada digna de ovación. Pero la pelota rechazada quedó ante un Fernando Navarro oportuno, implacable, quien la prendió sin pensarlo y de primera intención para meter el tanto del León.
El segundo tiempo mejoró significativamente. A pesar de que el marcador sólo reflejaba un gol, las porterías habían sido salvadas tanto por Nahuel en la de Tigres, como Rodolfo Cota por la del León.
Cota había salvado su cabaña de un cabezazo que le recetó Julián Quiñones en el área. Pero un instante después, al minuto 73, un tiro de esquina arruinó su tarde. El balón llegó preciso y Francisco Meza la metió de un cabezazo para el empate 1-1.
El panorama cambió cuando Joel Campbell jugaba con toda la experiencia de su trayectoria. Guido Pizarro no supo como frenar al tico y le dejó la pierna. La falta fue la segunda amarilla del de Tigres y se fue expulsado.