El ecosistema de las empresas de tecnología financiera, conocidas como fintech, se ha visto beneficiado en el país por la pandemia de Covid-19, pues más mexicanos acceden a servicios digitales; sin embargo, las que se enfocan en productos de crédito o financiamiento a personas tienen una preocupación: se les ha incrementado el índice de morosidad o, en definitiva, han dado por perdida una parte de su cartera.

Jan Smith, socio fundador de la consultora KoreFusion, comenta en entrevista que empresas fintech que se orientan a otorgar créditos han notado falta de pago de sus clientes en meses recientes, por lo que el índice se ha elevado. En algunas de ellas, hasta 11 por ciento. Mientras, otro reto es para las desarrolladas de medios de pago, pues hace falta inversión.

Si observamos el tema de préstamos, el vínculo con los retos es más directo. Estimamos que vamos a entrar en una crisis de morosidad, que si ya pone presión sobre el sistema bancario tradicional, será aún más fuerte para lo que es un jugador alternativo por más optimizado que esté. Ya escuchamos que hay un apretón en el financiamiento, que no consiguen para sus operaciones, el fondeo necesario para mantener la oferta de crédito no llega y en la cartera que tienen ven presión y más morosidad, en préstamos hay más retos, explica.

En las fintech que dan crédito, de acuerdo con algunos participantes con los que hemos platicado, hemos visto morosidad e incluso cartera vencida, que pasa más allá de los 90 días, ya llegando a niveles de entre 6 y 11 por ciento, y se espera que pueda ser más. Las plataformas que son de fondeo colectivo observan dificultad para levantar capital para los jugadores que están en buen estado y darles financiamiento, comenta.

Las inversiones

El directivo refiere que tanto en México como en Latinoamérica hay una fuerte concentración en las categorías en que trabajan las fintech, particularmente las de fondeo colectivo, medios de pago y aquellas que ofrecen financiamiento.

Los pagos en el país y en la región se necesitan, pero han quedado fuera inversiones que ataquen más la médula de los problemas que tiene el sector de servicios financieros, particularmente en comercios y pymes, todo el proceso de compra, financiamiento, resolver facturas. No se ha desarrollado tanto y el país requiere que eso se trabaje de forma más óptima para ganar eficiencia y dar batalla a la crisis económica.

Detalla que si bien las soluciones de medios de pagos digitales generan que más personas opten por acceder a servicios financieros de ese tipo, eso realmente no ayuda a transformar eficiencias del sistema a ganancias económicas y sociales. Ésa es una postura de lo que el sector arrastra previo a la pandemia en México, el desequilibrio de inversión y lo que falta.

Apunta que, en caso de que una firma mexicana opte por implementar un modelo de banco digital, será complicado competir contra los gigantes brasileños del segmento. Incluso, para estos últimos la pandemia les deja consecuencias, pues la banca tradicional ha optado por evolucionar y digitalizarse.

Los bancos digitales también se ven apretados, porque los tradicionales evolucionan y eso genera más presión y limita el número de jugadores en este espacio, y la crisis hará que los jugadores tengan distintos retos y favorecerá a la vieja guardia, puntualiza.