Miércoles 26 de agosto de 2020, p. 7
Mientras alrededor de 14 por ciento de los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no se pudieron incorporar a las clases en línea implementadas a raíz de la pandemia de Covid-19, según informó el lunes el rector Enrique Graue, esta situación se agudizó en los bachilleratos de la casa de estudios.
En el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), dos de cada 10 alumnos no pudieron seguir las actividades a distancia, según recuentos oficiales.
Ante este panorama, las autoridades han lanzado una cruzada contra la deserción y habilitarán centros de cómputo en sus instalaciones para los alumnos que no cuenten con equipo en sus domicilios para tomar clases en línea.
Se instalarán, en promedio, entre 400 y 500 computadoras adicionales en cada uno de los planteles del CCH, según informó la institución.
Riesgo latente
Especialistas como José Antonio Pérez Islas, coordinador del Seminario de Investigación en Juventud, de la UNAM, han advertido que existe un riesgo latente de que los alumnos no vuelvan a las aulas una vez que termine la contingencia por el Covid-19.
En un reciente seminario manifestó que “la condición que nos ha generado la pandemia hace que quizá muchos ya no regresen a la escuela; una de las cosas que no sabemos es qué está sucediendo con quienes se quedaron fuera de la comunicación ‘internética’ por sus condiciones de pobreza, por el asunto de la conectividad; no sabemos qué va a pasar con ellos y es un asunto que nos debe preocupar centralmente”.
Mario Luis Fuentes Alcalá, investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM, también ha señalado que una de las consecuencias de la pandemia es que se han intensificado las vulnerabilidades y los riesgos, lo que se ha manifestado en decesos, contagios, desempleo, y en niños y jóvenes el abandono de la escuela.
El rector Graue ha manifestado que las universidades deben ser flexibles y sensibles con los estudiantes de todos los grados. Tendremos que organizarnos de alguna forma para mitigar la pérdida del aprendizaje, priorizando objetivos curriculares
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