Miércoles 26 de agosto de 2020, p. 26
Moscú. El canciller ruso, Serguei Lavrov, se entrevistó aquí con el diplomático estadunidense Stephen Biegun, el segundo en la jerarquía del departamento de Estado, en el primer contacto directo de alto nivel entre Rusia y Estados Unidos en tiempos de coronavirus, que puso de relieve sus divergencias y concluyó con advertencias recíprocas.
Aunque las conversaciones se celebraron a puerta cerrada, trascendió que poco se pudo avanzar en la solución de las controversias que marcan la agenda bilateral, en especial la prórroga de un tratado de desarme que vence en febrero de 2021 y otros aspectos del control de armamentos.
Los interlocutores se centraron en dos temas que habitualmente no figuran en el orden del día de este tipo de reuniones: Bielorrusia y Navalny.
Lavrov expresó a Biegun, quien acaba de sostener en Lituania un encuentro con Svetlana Tijanovskaya, candidata unificada de la oposición bielorrusa, la preocupación de Rusia por lo que llamó intentos de actores externos de agravar la situación
en Bielorrusia.
Exhortamos a Estados Unidos y los líderes de la Unión Europea a tomar nota de que hay países, digamos Polonia y Lituania, donde se aprecian grupos que demuestran no estar de acuerdo con la normalización de la situación en Bielorrusia y tratan de provocar acciones violentas para obligar a las fuerzas del orden a responder
, comentó Lavrov a la prensa local.
Añadió: consideramos que esto es muy peligroso y puedo decirles que Biegun, según me parece, escuchó nuestra seria advertencia
.
Surge el tema de Navalny
El subsecretario de Estado, por su parte, tocó el tema del líder opositor Aleksei Navalny, quien recibe tratamiento médico en una clínica de Berlín, y dio a entender que si se confirma que su colapso en un vuelo de Tomsk a Moscú se debió a un envenenamiento deliberado, como aseguran los médicos alemanes, Estados Unidos tomará severas medidas
.
La cancillería rusa, en un comunicado difundido ayer, calificó de inaceptables las “acusaciones infundadas y que resultan sumamente insultantes sobre una cierta intención de ‘ocultar la verdad’, que se formulan en varias capitales de Occidente, por parte de los médicos de la ciudad de Omsk, que sin demora y con gran profesionalismo atendieron a Aleksei Navalny”.