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La cortina de humo de la industria de la ropa está sustentada en contaminación ambiental
 
Periódico La Jornada
Martes 25 de agosto de 2020, p. 7

Sin duda, estamos en medio de una emergencia global, pero un vistazo a cómo está operando la industria de la moda podría hacernos cambiar de idea.

Este año, aproximadamente 100 millones de prendas serán producidas.

Para elaborar toda esa ropa, la industria dependerá en gran medida del carbón, con el fin de obtener electricidad y calor, y dos tercios de las telas utilizadas se derivarán de combustibles fósiles. Casi todo el material (97 por ciento) provendrá de fuentes vírgenes y, una vez manufacturadas, las prendas serán enviadas a sus destinos, en un avión o barco, quemando combustibles mientras avanzan.

Un nuevo reporte de la organización defensora del medio ambiente Stand.earth que publica The Independent, reveló la urgente necesidad de que las marcas de moda dejen de usar combustibles fósiles. Con una lista de puntos no negociables, la organización provee un camino para que la industria de la moda corte sus lazos con los derivados del petróleo.

En 2018, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) reportó que las emisiones globales netas de dióxido de carbono (CO2) causadas por el hombre deberían bajar 45 por ciento de los niveles de 2010 para 2030, con el objetivo de limitar a 1.5 °C el calentamiento global.

Si fallamos en lograr esa meta, y la temperatura alcanza 2 o más grados, los científicos prevén que podríamos experimentar una pérdida casi total de los arrecifes de coral y un océano Ártico casi libre de hielo, incremento de las temperaturas extremas, escasez de agua y comida, entre otros cambios ambientales nocivos para la vida.

Debido a sus amplios recursos, la industria de la moda es responsable de entre 5 y 10 por ciento de las emisiones de efecto invernadero en el mundo, con una perspectiva de incremento de 30 por ciento para 2030. Pero la moda, con todos sus espejos y humo, es muy buena para dibujar una imagen de sí misma compatible con el ambiente .

En febrero, Burberry (marca famosa por haber quemado su inventario no vendido) declaró que su colección otoño-verano estaría certificada como libre de carbono, mientras en 2019 Gucci se anunciaba como marca completamente libre de carbono. Las proclamas del sello italiano de alguna forma son más impresionantes que otras, debido a que sus cálculos incluyen a la entera cadena de suministro, mientras otros sólo se enfocan en sus tiendas y oficinas.

Emisiones de carbono en cadenas de suministro

Veintitrés años después de la negociación del Protocolo de Kyoto realmente no hay excusas para no tener control sobre la cantidad de carbono producida por tu cadena de suministro, considera el director de Stand.earth, Gary Cook.

Aunque Gucci incluye las cadenas de suministro en sus cálculos, la marca depende de compensaciones de carbono para alcanzar su estatus neutral, algo que el reporte subraya como un error porque no hacen nada para sustituir la demanda de combustibles fósiles o eliminar la contaminación que generan.

Compensar es sólo uno de muchos giros incorrectos listados en el reporte. Otros incluyen cambiar a gas, carbón a energías renovables, no carbón a gas, señala; plantar árboles mientras se siguen produciendo emisiones como de costumbre, y confiar en la estrategia del depurador para transportar, lo que permite a las marcas seguir usando combustibles altamente tóxicos que luego arrojan al mar.

A menudo, los reportes y avisos de la industria son vagos y dejan mucho espacio para que las marcas deambulen por los límites establecidos y clamen éxito cuando no lo hay.

El énfasis que hace Stand.earth sobre que las marcas absorban los costos y la responsabilidad es vital, especialmente después de que muchas compañías dejaron a sus proveedores absorber la carga financiera de la pandemia. Las marcas de moda deben repensar sus relaciones con los proveedores, cambiar de sacar el precio más bajo en relación costo-unidad como estrategia principal, opina Cook. Las marcas internacionales deben aliarse con sus proveedores en compartir costos y trabajar juntos para cambiar las políticas energéticas a escala nacional.

El reporte de Stand.earth es exhaustivo y firme en las acciones que las marcas deben adoptar para cortar sus lazos con los combustibles fósiles. El documento se centra en realizar cambios alcanzables dentro de los parámetros del actual sistema mundial de la moda. Planes de acción independientes como éste, respaldados por la legislación, pueden construir el camino hacia una industria menos dañina.