La creación del consejo vecinal ciudadano, necesario para dar continuidad al proyecto Mítikah en el pueblo de Xoco, fue anunciado por la arquitecta Paulina Gómez, representante del megadesarrollo de Fibra Uno durante la reunión virtual que tuvo con habitantes del lugar y la Comisión de Participación Comunitaria el 24 de julio.

La arquitecta es identificada por vecinos como negociadora durante las obras que se impusieron para la Supervía Poniente en Magdalena Contreras; por ello, los pobladores no descartan que la creación del consejo vecinal ciudadano (CVC) sólo sea una farsa para excluirnos y se den todas las facilidades a Mítikah.

Durante el referido encuentro, el cual se realizó a solicitud de la empresa que buscaba una conciliación vecinal para dar continuidad al proyecto, Gómez recibió una serie de reclamos por el incumplimiento y daños que ha provocado Mítikah, ante lo cual la arquitecta señaló que tomaba nota de cada punto tratado para la elaboración de una agenda, que finalmente no se concretó porque decidieron cancelar los encuentros.

Semanas después fueron notificados por la Secretaría de Medio Ambiente local de la autorización que otorgó a las obras de Mítikah, además de que se preparaba la formación del anunciado consejo vecinal ciudadano, sin que fueran convocados.

El martes pasado, con apenas ocho personas se realizó la primera reunión para la integración del consejo avalado por la Secretaría de Medio Ambiente y Mítikah para crear la comisión tripartita, pese a existir dos representaciones vecinales en el pueblo: la Copaco y la Asamblea Vecinal del Pueblo Xoco, indicaron los vecinos.

Lamentaron que haya habido tanta celeridad para autorizar las obras de Mítikah y recordaron a la secretaria de Medio Ambiente, Marina Robles, que estos trabajos son una obligación legal que todas las empresas constructoras deben cumplir, por lo cual, destinar 40 millones de la multa para obras de mitigación es como condonarle la sanción por la tala de árboles que realizó en Real de Mayorazgo.

Refirieron que el pozo de agua ayudará a los nuevos residentes que trajo la torre de 60 pisos a su pueblo, a pesar de que esas construcciones no están permitidas.

Además, los trabajos son obras de la fase 0 y 1 que aún no concluyen y debieron estar desde la pasada administración, porque se trata de obras de mitigación. Otro pendiente es el deprimido, que dará accesibilidad a quienes vivan o visiten Mítikah y que necesita de la aprobación vecinal.