El rescate de EU
a república estadunidense está bajo amenaza por un régimen con tintes neofascistas que está acelerando la contribución de Estados Unidos al fin del mundo con sus políticas antiambientales y militares, así como su apoyo a fuerzas derechistas por todo el mundo.
A la vez, este es un país donde hay un cambio demográfico y generacional fundamental, en el cual la mayoría de los menores de 16 años no son blancos y una mayoría de jóvenes favorecen al socialismo sobre el capitalismo. A la vez, es un país que, como siempre, es rescatado, resucitado y culturalmente educado por los migrantes.
El futuro depende de cómo se enfrenta y aborda una coyuntura en la que está en juego, pues, casi todo en Estados Unidos. Y hoy día, casi todas las personas conscientes afirman que la tarea más urgente es la derrota del régimen actual, considerado el más peligroso en la historia de Estados Unidos.
Para ello, mucho depende de la conformación de algún tipo de frente popular por lo menos en los hechos, el cual incluye un mosaico extenso de todo tipo de expresiones que se han asomado en tiempos recientes, entre las cuales está el movimiento de protesta social más grande en la historia de Estados Unidos, Black Lives Matter, el cual contiene a su vez cientos de agrupaciones y organizaciones. A la par, el gran movimiento ambientalista, y el movimiento contra la violencia, antiarmas, y por otro lado el de los derechos de los migrantes, han sido renovados y radicalizados en años recientes por jóvenes.
También hay nuevas expresiones dentro de lo que es un universo sindical debilitado y burocratizado, encabezado por maestras, enfermeras, trabajadores de comida rápida y almacenes, jornaleros, empleadas domésticas y sobrecargos, que han sacudido a las cúpulas y prestado fuerza a otros movimientos sociales. Hasta los trabajadores de correos se han radicalizado ante las amenazas de sabotaje a esa institución pública: su sindicato acaba de modificar el lema oficial de ese servicio de que “ni nieve, lluvia, calor, ni noche detiene el correo al agregar ahora el fascismo
a la lista. ( https://pbs.twimg.com/media/ EfWuIQfUMAAIgl9?format=jpg&name=medium ).
Nuevas expresiones de luchas añejas por los derechos de las mujeres y de la comunidad gay ante el ataque por las fuerzas derechistas en el poder se combinan con las de veteranos de luchas recientes y antiguas, incluido los de Ocupa Wall Street y el movimiento altermundista; luchas comunitarias locales tanto urbanas como rurales, así como algunas partes del movimiento indígena, y expresiones como la Campaña de los Pobres, resucitando el proyecto por la justicia económica y social de Martin Luther King.
El mapa de estos movimientos y expresiones es extenso, fragmentado y lleno de conflictos. Pero de ellos depende no sólo el fin del régimen actual, sino el principio de otro futuro para este país y todos los que afecta.
Por ahora, en el corto plazo, el desafío son las elecciones. Aunque en el ámbito electoral la cúpula del Partido Demócrata logró frenar la insurgencia del socialista democrático Bernie Sanders, el ala progresista está más fuerte que nunca, según el propio Sanders: El movimiento progresista ha tenido avances enormes, no sólo en elegir a candidatos al Congreso
a nivel estatal y local, sino que hemos avanzado enormemente en traer al pueblo estadunidense en nuestra dirección, sobre todo las generaciones jóvenes
.
Esos avances se expresan no sólo en la elección de políticos progresistas, sino en un fortalecimiento de las agrupaciones que han logrado romper el monopolio político tradicional. Cori Bush, organizadora dentro de Black Lives, quien recién ganó su elección primaria en Misuri y será diputada federal del proximo Congreso, declaró: hemos sido llamados radicales, terroristas... hemos sido descartados como movimiento marginal, peor ahora como un movimiento masivo multirracial, multi-étnico, multigeneracional, multifé, unido en exigir cambio
.
De eso depende el rescate de Estados Unidos.